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Qué es el «internet de las cosas»: La tecnología que promete ser la próxima gran revolución

Si bien el lado más visible son equipos conectados, como refrigeradores o ampolletas, estos desarrollos van más allá y tienen el potencial de mejorar la operación de múltiples ámbitos.

El concepto del «internet de las cosas» llegó para quedarse. Lo que asomaba como un término futurista hace algunos años en conferencias de tecnología ahora ha pasado a ser parte del vocabulario de investigadores y empresarios que ven en él la próxima frontera de la red. Pero cabe la pregunta: ¿qué es el internet de las cosas?

La versión más sencilla del concepto se refiere a darle conexión de internet a todo tipo de dispositivos, especialmente a equipos de la vida diaria que durante décadas han funcionado sin acceso a la red. Así, asoman refrigeradores, televisores, relojes, parlantes y hasta automóviles. Pero expertos aseguran que el tema va más allá y puede representar una verdadera revolución.

«El internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) se posiciona como la tecnología que nos permitirá mejorar y simplificar nuestras vidas, de la mano de ecosistemas más inteligentes y que podrán satisfacer necesidades tan básicas como operar una lavadora pero a la vez acceder desde donde se encuentre la persona a los sistemas de seguridad de su casa», explica Germán Sáenz, gerente senior de ciudadanía corporativa y asuntos públicos de Samsung Chile. «Es más que una tendencia o estilo de vida, se transformará en un paradigma». Los usos de este tipo de tecnologías se han ampliado rápidamente más allá del hogar, posicionándose como un campo de alto interés para múltiples industrias productivas. «Nos permitirá resolver problemas globales. Podremos tener mejores resultados en la agricultura, poder saber cuándo irrigar o usar drones para revisar y atacar áreas particulares afectadas por una peste, en vez de cubrir todo el campo. Son problemas globales y que afectan la alimentación a nivel mundial», aseguró Bridget Karlin, directora de IoT en Intel, durante una conferencia en la feria CES la semana pasada.

Los beneficios se extienden a otros ámbitos: a través de dispositivos conectados, se puede revolucionar la cadena de suministro de la producción de todo tipo de productos y, en uno de las áreas que más interés genera a nivel mundial, permitir el surgimiento de vehículos autónomos. «Cuando supe de estos proyectos, lo lamenté porque me gusta manejar. Pero la posibilidad de empoderar a personas que nunca podrían haber manejado, que no tendrían esa libertad, sean ciegas o de la tercera edad, es una gran oportunidad y va a significar un cambio global», indicó Alan Davidson, director de Economía Digital y consejero del Secretario de Comercio del gobierno de Barack Obama, en Las Vegas, destacando también el potencial para salvar hasta un millón de vidas humanas al año al evitar accidentes de tránsito. Big data y el manejo de la información Uno de los conceptos que más se vincula con el internet de las cosas es el de «Big data».

¿En qué consiste la relación? Big data es el procesamiento de las grandes cantidades de datos que generan los equipos del IoT. Según estimaciones de analistas, al año 2020 podría haber 40 mil millones de dispositivos conectados a la red, generando datos. Esto presenta múltiples desafíos. «Esto ya no es Big Data, es ‘Huge Data’. Si queremos tener asistentes artificiales muy eficientes, vamos a necesitar algoritmos inteligentes para manejar todo esto», destacó Sebastian Soriano, director de Berec, cuerpo regulatorio de comunicaciones electrónicas de Europa, en CES.

La explosión en los datos hace imperioso el desarrollo de grandes capacidades de almacenamiento y procesamiento, además de redes de alta velocidad que permitan la transferencia de información, por lo que la industria impulsa con fuerza el desarrollo de las redes de internet 5G. También se crea un reto importante en seguridad, al requerir protecciones tanto a los dispositivos que generan a los datos como a los sistemas de almacenamiento.

«Tenemos que reconocer que objetos del día a día, como monitores de bebés, son ahora un riesgo que antes no existía», comentó Alan Davidson, destacando el rol que tienen los gobiernos en esta área. «De nuestro lado, no podemos esperar que los usuarios y las compañías se defiendan solas de ataques que pueden venir de otros países. Los apoyamos. El gobierno tiene que tener un rol y debe ayudar a los consumidores y los privados». «También sabemos que los gobiernos no pueden hacerlo solos. Sabemos que las soluciones van a venir desde las compañías. Tenemos que ayudar para incentivar y promover esto. Hay mucho que los gobiernos pueden hacer más allá de regular, debe haber una cooperación y eso es clave», concluyó.

Fuente: Emol.com