Lo que hay que saber de Patria, la vacuna mexicana contra covid-19

Samuel Ponce de León Rosales, médico infectólogo de la UNAM y uno de los artífices del desarrollo del biológico, despeja las principales dudas sobre la vacuna que comenzará a producirse masivamente en febrero

Cuatro años después del primer caso de covid-19 en territorio nacional, México comenzará a producir su propia vacuna contra el virus. Se trata de AVX/COVID-12, bautizada por el Gobierno como Patria, un proyecto inicial del laboratorio farmacéutico Avimex impulsado con financiamiento público y una red de alianzas entre universidades, hospitales y centros de investigación que resultó decisiva para su desarrollo. Tras superar con éxito los ensayos clínicos que comenzaron en mayo de 2021, Patria recibió el aval de la autoridad sanitaria para uso de emergencia en enero de 2024, uno de los requisitos necesarios para comenzar con su producción.

La idea de desarrollar una vacuna contra covid-19 en México, sin embargo, comenzó a tomar fuerza entre Samuel Ponce de León y su círculo de colegas más cercano mucho antes, en marzo de 2020, cuando los ecos de un nuevo virus que comenzó en China y ponía de cabeza Europa con los primeros confinamientos masivos comenzaban a resonar en Latinoamérica. En aquel entonces, la vacuna mexicana “era más un sueño guajiro que otra cosa”, admite a EL PAÍS Ponce de León, exmiembro del Comité de Emergencia Pandémica de la OMS. El experto en enfermedades infecciosas y encargado del Programa de respuesta a la pandemia de la UNAM revela que tras una serie de conversaciones con Alejandro Macías, médico infectólogo que fungió como zar de la pandemia de influenza H1N1 en 2009, decidieron contactar con Bernardo Lozano Dubernard, director general de Avimex, laboratorio líder en la producción de vacunas para animales. La empresa era conocida por ambos desde 2009, cuando desarrolló un biológico contra influenza H1N1 que culminó su fase clínica con éxito, sin embargo, no fue elegida por el Gobierno en turno.

¿Una vacuna mexicana? El origen de Patria

El contraste entre el tono nacionalista utilizado por el Gobierno al referirse a la vacuna y el origen de la tecnología que permitió su desarrollo han envuelto en polémica a Patria desde el inicio. Si bien la plataforma es un desarrollo atribuido a la Escuela de Medicina Icahn de Monte Sinaí, en Nueva York, definido por Avimex como un “aliado tecnológico” con el que trabaja desde 2003, las fases clínicas se han llevado a cabo en su totalidad en México.

Al respecto, Ponce de León alude a la naturaleza del conocimiento científico para zanjar la discusión: “No podemos decir que es un desarrollo mexicano cuando el conocimiento es global, está disperso y todos utilizamos conocimientos y colaboraciones de múltiples partes del mundo”, mientras enumera el trabajo que, desde universidades e instituciones públicas y privadas como el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), la Facultad de Medicina de la UNAM y el Hospital Médica Sur, ha sido clave para el avance de la vacuna. El impulso decisivo, sin embargo, llegó desde la financiación del Gobierno: “el proyecto fue cobijado por el Estado con un apoyo político y económico que desde luego permitió llegar a donde estamos y difícilmente hubiera podido ser de otra manera si no hubiéramos contado con ese apoyo”, asegura.

Cómo funciona la vacuna Patria

Patria está basada en un vector conocido como rNDV, un virus recombinante de la enfermedad de Newcastle, una clase de virus aviar que no posee la capacidad para replicarse en células de mamíferos, pero es efectivo para desencadenar una respuesta inmune. A partir de su experiencia con el vector y la seguridad demostrada en humanos para tratar otras enfermedades, Avimex eligió la tecnología rNDV para desarrollar la vacuna y recibió una licencia de uso exclusivo de parte de la Escuela de Medicina Icahn de Monte Sinaí. “Utilizamos por primera vez un biológico de una manera que no se había utilizado en humanos, el virus de Newcastle modificado genéticamente para que expresara la proteína S [del coronavirus]”, explica Ponce de León.

Qué tan efectiva y segura es Patria

“La vacuna ha demostrado una muy alta eficacia en estimular la producción de anticuerpos. Los detalles clínicos de una eficacia más amplia en términos de prevenir enfermedad los podemos inferir a través de los resultados hasta el momento de las fases 2 y 3, que reclutaron a más de 3.000 sujetos y ninguno de ellos tuvo ningún problema en relación a covid. Entonces se puede decir que para prevenir enfermedad grave y muerte es altamente efectiva”, explica el experto, que participó ampliamente en la fase clínica inicial, donde se evalúa tanto la seguridad de una vacuna como su capacidad para producir una respuesta inmune. “Probamos con diferentes esquemas y diferentes dosis, pues nuestro interés era estar seguros, ciertos, de que la vacuna era segura administrada a humanos y estar listos para cualquier complicación que ocurriera, misma que no tuvimos. Obtuvimos unas tasas de molestias relacionadas similares a cualquier otro biológico”, asegura.

Una plataforma para nuevas vacunas

Cinco años después de su irrupción la evidencia científica disponible sugiere que covid-19 se comportará como un virus estacional cuya frecuencia aumentará durante el invierno, tal y como sucede con la influenza o el virus sincitial respiratorio. En los próximos años, la plataforma utilizada para desarrollar Patria podría resultar útil para añadir nuevas moléculas y realizar modificaciones al biológico original con el fin de ofrecer una mayor protección contra nuevas variantes en circulación: “Llegará un momento en donde se haga un consenso de expertos y consideren conveniente hacer ciertas modificaciones y usar nuevas variantes o subvariantes virales para tomar sus nuevos segmentos e introducirlos a la nueva plataforma para que expresen algo diferente”, explica Ponce de León.

La capacidad de la plataforma no se limita al nuevo coronavirus: también puede ser eficaz para desarrollar otras vacunas contra virus como la hepatitis B o el sarampión. “[Patria] nos deja en capacidad de producir otros biológicos. La plataforma de producción de este virus que se utiliza para que exprese la proteína S del SARS-CoV-2 eventualmente se puede hacer para producir otras vacunas que vayamos requiriendo” asegura el experto. “Podríamos entonces tener una autonomía en el ámbito de la vacunación, que es fundamental para la seguridad nacional”.

Una vez que el fabricante obtenga el certificado de buenas prácticas de manufactura de manos de Cofepris, Patria comenzará a producirse en México a un ritmo de entre 1.7 y 2.5 millones de dosis en los primeros tres meses, de acuerdo con el titular de la agencia sanitaria, Alejandro Svarch Pérez. La aplicación masiva de Patria está prevista para el inicio de la próxima temporada invernal, a finales de 2024. Una vez definidas las pautas y dosis, la vacuna se aplicará por vía intramuscular, aunque también ha sido probada la aplicación intranasal como refuerzo.

Fuente: elpais.com