Innovación disruptiva, ¿cómo afecta la competencia de un mercado?

La innovación disruptiva ha existido siempre. Desde la Antigüedad, el hombre ha tenido la necesidad de generar transformaciones en sus hábitos de vida y en sus formas de supervivencia. Es una facultad innata a su condición.

Sin embargo, existe una diferencia sustancial entre los procesos innovadores que se realizaron en el pasado y los que son propios del siglo XXI: la agilidad y el impacto que generan en los distintos escenarios. Es decir, nunca antes habíamos asistido a cambios de tanta magnitud.

El ejemplo clásico de innovación disruptiva de nuestro tiempo es Internet. Cuando la Red se consolidó y tuvo un uso extendido, nada de lo que conocíamos hasta entonces volvió a ser como antes. La transformación abarcó casi todos los aspectos de nuestra vida y del mundo en general.

Lo mismo ha pasado con la aparición de marcas, productos y servicios. Han generado un antes y un después en sus respectivos mercados y han provocado el surgimiento de nuevas condiciones de operación. Netflix, Amazon y Uber son algunos ejemplos.

Innovación disruptiva: ¿sustitución o competencia?

Además, las innovaciones disruptivas del siglo XXI se caracterizan por un alto grado de incertidumbre. Antes, cuando un producto ingresaba en un mercado y generaba cambios sustanciales, era más o menos previsible el rumbo que tomarían tanto el mercado como las marcas que operaban en él.

En la actualidad, salvo algunas excepciones, esto ya no es posible. Los cambios generan tal cantidad de rupturas en su entorno, que es imposible saber cómo evolucionará un mercado o, incluso, el mismo producto.

Un ejemplo concreto: Whatsapp surgió hace algunos años como una solución rápida y eficaz en el mercado de las telecomunicaciones. Cambió la forma habitual de comunicarnos a través de la telefonía móvil y de algunas redes sociales. Sin embargo, nadie es capaz de predecir cuánto tiempo perdurará activa dicha herramienta debido, justamente, a las numerosas transformaciones que introdujo.

En la gran mayoría de los casos, las innovaciones disruptivas no sólo obligan a que los agentes de un escenario comercial se adapten a nuevas condiciones, sino que son toda una transformación estructural del sistema .

La competencia y la innovación disruptiva. ¿Incompatibles?

Esas transformaciones estructurales traen, en muchos casos, no sólo la necesidad de competir bajo otros parámetros (por ejemplo, Uber con el gremio de los taxistas), sino además el reemplazo de unos productos o servicios por otros.

O dicho en palabras de especialistas del marketing , la innovación disruptiva es en realidad un proceso de destrucción creativa donde un producto reemplaza a los ya existentes hasta que otros más innovadores le reemplacen a él.

Los mercados se están redefiniendo constantemente y a gran velocidad. Por tanto, para que la innovación no obstaculice una competencia equilibrada y leal, es importante poner en marcha acciones destinadas a:

  • Evitar el colapso de sectores del mercado en su conjunto.
  • Contrarrestar las desventajas comerciales entre competidores.
  • Evitar la formación de grandes monopolios.
  • Proteger la libertad de elección de los consumidores.
  • Eliminar barreras para que las marcas entren en los mercados.
  • Prescindir de las regulaciones.

Fuente: obs-edu.com