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Una tormenta de fuego azotó a la Tierra hace 13,000 años y luego ésta se congeló

El evento rivalizó con la catástrofe que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años, y probablemente fue causado por fragmentos de un cometa de alrededor de 100 kilómetros de ancho

Hace 13.000 años, un 10 % de nuestro planeta quedó súbitamente a merced del fuego: el incendio global se habría producido por la caída de un cometa de 100 kilómetros de ancho. Luego que la Tierra ardió, las temperaturas bajaron de nuevo y el planeta pasó por una breve edad de hielo.

Exactamente hace unos 12.800 años, una repentina tormenta de fuego afectó a la décima parte de la Tierra. El evento rivalizó con la catástrofe que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años, y probablemente fue causado por fragmentos de un cometa de alrededor de 100 kilómetros de ancho. Luego que interminables nubes de polvo cubrieran al planeta, se inició una mini edad de hielo que congeló a la Tierra por mil años, en el momento exacto en el que había logrado superar una glaciación que se extendió por 100.000 años.

Dos estudios publicados en 2018 en The Journal of Geology, y que ha traído recientemente a la luz un artículo en Science Alert, hallaron evidencias concretas de firmas químicas diferentes, como dióxido de carbono, nitrato o amoníaco, que indicarían que un asombroso 10 % de la superficie terrestre, o específicamente alrededor de 10 millones de kilómetros cuadrados, fueron consumidos por los incendios. La investigación fue liderada por científicos de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos.

El equipo de investigadores sugirió que el impacto del cometa y la consiguiente tormenta de fuego son responsables del enfriamiento adicional conocido como el período Younger Dryas. Sin embargo, esa breve edad de hielo también se ha relacionado en otros estudios con cambios en las corrientes oceánicas.

Cambios en las sociedades humanas

En el mismo sentido, una investigación realizada en Escocia en 2021 concluyó que el violento impacto del cometa indicado propició un cambio crucial en la civilización humana hace 13.000 años. A partir de ese momento, y en función de las variables ambientales, la organización de las sociedades humanas cambió para siempre. Por ejemplo, las comunidades dejaron de ser cazadoras y recolectoras, adoptando la agricultura y constituyendo asentamientos permanentes.

El ciclo denominado Younger Dryas fue una fase breve de enfriamiento climático, que duró algo más de 1.000 años. La principal hipótesis indica que fue originado por el impacto del cometa Clovis, provocando un descenso en las marcas térmicas que llegó a los 15 grados Celsius en algunas regiones del planeta.

La hipótesis del Younger Dryas también postula que una enorme tormenta de fuego se registró con antelación al súbito regreso a las condiciones glaciares, de la misma forma que lo hacen los investigadores estadounidenses en sus estudios. Sin embargo, los especialistas de Kansas parecen haber profundizado un poco más en las consecuencias del evento.

Restos del cometa en el espacio

Sus cálculos y evidencias sugieren que el impacto habría agotado la capa de ozono, causando importantes aumentos en casos de cáncer de piel y otros efectos negativos para la salud humana. Además, muchas especies animales y vegetales desaparecieron, mientras que los glaciares que se retiraban previamente comenzaron a avanzar de nuevo. Los cambios en las comunidades humanas también implicaron adaptarse a una menor cantidad de recursos alimenticios, como así también a la reducción de las poblaciones.

Otra fuerte evidencia hallada por el equipo de 24 científicos es que los patrones en los niveles de polen indican que los bosques de pinos se quemaron repentinamente, para ser reemplazados por álamos, una especie ideal para crecer en terrenos con pocos recursos. Es precisamente el escenario que se habría registrado luego de la gigantesca tormenta de fuego. Además, los investigadores creen que partes del cometa que impacto contra la Tierra quedaron flotando en el espacio alrededor de nuestro Sistema Solar, y que podrían estar allí incluso 13.000 años después del traumático evento.

Fuente: Tendencias21