Un nuevo ictiosaurio: un ‘monstruo marino’ con hocico de pez espada emerge del Jurásico alemán

Un equipo internacional de investigadores ha descrito una nueva especie de ictiosaurio, un reptil marino del Jurásico con cuerpos hidrodinámicos semejantes a los de delfines.

Un equipo internacional de investigadores ha descrito una nueva especie de ictiosaurio, un reptil marino del Jurásico con un hocico alargado semejante al pez espada. El hallazgo, basado en fósiles recuperados en la cantera de arcilla de Mistelgau, Alemania, aporta nuevas claves sobre la diversidad de estos depredadores prehistóricos.

El descubrimiento ha sido liderado por Gaël Spicher, del Museo JURASSICA en Suiza, en colaboración con instituciones alemanas. La especie ha sido bautizada como Eurhinosaurus mistelgauensis, en honor al yacimiento de Mistelgau, un enclave conocido por su abundancia de fósiles y su importancia científica. Según los investigadores, la elección del nombre pretende subrayar el valor del sitio para la paleontología y para la comprensión de los ecosistemas marinos jurásicos.

Las excavaciones en Mistelgau se realizan de forma sistemática desde 1998 bajo la dirección del Urwelt-Museum Oberfranken, en Bayreuth. Fue allí donde se recuperaron los restos del nuevo ictiosaurio, algunos de ellos procedentes de lo que los paleontólogos denominan un “campo de batalla de belemnites”, depósitos fosilizados de cefalópodos jurásicos que ofrecen información sobre las interacciones ecológicas del periodo.

Los ictiosaurios fueron reptiles que evolucionaron a partir de ancestros terrestres, en un proceso paralelo al de las ballenas millones de años después. Con cuerpos hidrodinámicos semejantes a los de delfines o atunes, dominaron los océanos desde el Triásico temprano hasta el Cretácico. En este contexto, el género Eurhinosaurus es particularmente llamativo por la forma de su mandíbula: un maxilar superior prolongado que generaba un marcado “sobrecrecimiento” en relación con la mandíbula inferior, similar al perfil de un pez espada moderno.

Lo que distingue a Eurhinosaurus mistelgauensis de otras especies del mismo género es la robustez de sus costillas y características específicas en la articulación que une el cráneo con el cuello. Estas particularidades anatómicas permitieron a los paleontólogos diferenciarlo como una especie inédita. El hallazgo refuerza la idea de que la diversidad de ictiosaurios durante el Jurásico fue mayor de lo que se había documentado hasta ahora.

El estudio fue publicado en la revista Fossil Record, de acceso abierto. El director del Urwelt-Museum Oberfranken, Serjoscha Evers, quien no participó en la investigación, destacó que el descubrimiento subraya la importancia de las colecciones paleontológicas del museo para reconstruir los ecosistemas marinos de hace 180 millones de años.

La metodología de los investigadores se basó en un análisis comparativo detallado. Examinaron el esqueleto fósil y lo contrastaron con especímenes previamente catalogados en Europa, determinando que las diferencias estructurales no podían atribuirse a variaciones individuales ni al estado de conservación. Así se consolidó la hipótesis de una especie distinta, restringida paleogeográficamente a la región europea.

Los investigadores también destacaron que el género Eurhinosaurus era relativamente raro en comparación con otros ictiosaurios del Jurásico inferior, documentado principalmente en Alemania, Reino Unido, Francia, Luxemburgo y Suiza. Su morfología única, con más del 60% de diferencia en longitud entre mandíbula superior e inferior, sugiere adaptaciones depredadoras especializadas que aún se están investigando.

Más allá del hallazgo en sí, el estudio abre nuevas líneas de investigación. Están en marcha análisis sobre posibles lesiones preservadas en los fósiles, lo que podría arrojar luz sobre el comportamiento, las estrategias de caza y la vida de estos reptiles marinos. Estos enfoques permitirán comprender mejor cómo se desarrollaban sus interacciones ecológicas en un mundo oceánico radicalmente distinto al actual.

Con Eurhinosaurus mistelgauensis, se enriquece la historia evolutiva de los ictiosaurios y se confirma que los yacimientos europeos siguen siendo una fuente privilegiada de información sobre el Jurásico. El hallazgo no solo describe una nueva especie, sino que también amplía la perspectiva científica sobre cómo estos “monstruos marinos” dominaron los mares durante millones de años, consolidando su papel como depredadores emblemáticos de su tiempo.

Fuente: mundiario.com

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *