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Indicios de que las hormigas también manifiestan emociones

Pueden expresar optimismo cuando toman azúcar, aunque no contagian sus emociones a otras hormigas

Una nueva investigación ha comprobado que las hormigas manifiestan indicios emocionales en determinadas circunstancias y que son más optimistas cuando toman azúcar, si bien no son capaces de contagiar sus emociones a otras hormigas.

Las hormigas muestran una tendencia a ser optimistas cuando necesitan tomar una decisión basada en información ambigua, especialmente después de recibir una recompensa en forma de una solución de sacarosa.

Esta constatación sugiere que las hormigas están experimentando algo similar a las emociones, según se explica en una investigación europea cuyos resultados se publican en bioRxiv.

Los animales no pueden hablarnos de sus emociones, pero podemos evaluar su estado emocional, por ejemplo, a partir de su comportamiento (actividad local, vocalización, comportamiento de juego) o de cambios fisiológicos, como los niveles de corticosteroides o la frecuencia cardíaca.

Como componente cognitivo, se suele estudiar la influencia del estado emocional en los juicios sesgados. Se cree que los individuos en un estado emocional positivo tienden a interpretar las señales ambiguas como predictoras de un resultado optimista, mientras que en un estado emocional negativo tales señales se percibirán como predictores de peligro o fracaso.

Contagio emocional

Por ejemplo, las abejas melíferas (Apis mellifera carnica) y las moscas de la fruta (Drosophila melanogaster) son más propensas a clasificar las señales ambiguas como presagios de un resultado negativo después de encontrarse con el ataque de un depredador simulado.

Al mismo tiempo, es importante comprender no solo el estado emocional de un individuo, sino también cómo afecta el estado emocional de los familiares.

La transferencia de actitud mental de un individuo o grupo a otros individuos se llama contagio emocional. Se cree que este contagio facilita la coordinación y la comunicación en los grupos sociales.

Por ejemplo, entre los cerdos, el estado emocional de los individuos que son tratados positiva o negativamente afecta al estado de otros parientes.

Además, el contagio emocional positivo y negativo, medido por puntuaciones de sesgo cognitivo (tendencia a hacer juicios optimistas o pesimistas), se ha constatado también en ratas después de escuchar grabaciones de vocalizaciones ultrasónicas «positivas» o «negativas».

Sin embargo, a pesar de los recientes intentos de estudiar el estado emocional de los invertebrados, no ha habido estudios de contagio emocional entre insectos sociales, como las abejas o las hormigas.

Insectos sociales

Katharina Wenig de la Universidad de Viena, junto con colegas de Alemania, no solo evaluaron si los insectos como la hormiga negra de jardín (Lasius niger) muestran un sesgo cognitivo, sino también si tienden a ser emocionalmente contagiosos.

Tras una fase inicial de aprendizaje, en la que se entrenó a las hormigas del experimento para asociar dos estímulos olfativos con juicio positivo o negativo, los investigadores evaluaron su reacción ante estímulos ambiguos, es decir, una mezcla entre ambos olores.

También exploraron la capacidad de las hormigas para transmitir socialmente estados emocionales («contagio emocional») investigando si la información social podría provocar respuestas emocionales similares en otras hormigas.

Emociones solitarias

Después de los experimentos, los investigadores comprobaron que las hormigas mostraban una tendencia clara hacia los juicios positivos, y que las que habían recibido una dosis de sacarosa eran más optimistas que las del grupo de control.

Sin embargo, no se apreciaron indicios de contagio emocional: las demás hormigas permanecieron indiferentes a los sesgos cognitivos de las adiestradas para el experimento.

Eso significa que se no se apreció efecto alguno de las feromonas en el sesgo de los juicios, lo que explicaría por qué no hubo casos de contagio emocional entre las hormigas.

Sin embargo, no queda claro si esto se debe a la falta de capacidad de transmisión social del afecto, o a la ineficacia de los métodos experimentales para detectar este tipo de reacción emocional, reconocen los investigadores.

Dudas sobre las emociones

Los resultados de este estudio son consistentes con un estudio similar en abejorros, en el que también respondieron de manera optimista a señales mixtas después de recibir sacarosa.

Sin embargo, no pueden interpretarse sin ambigüedades como el resultado de la manifestación de emociones en las hormigas, advierten los autores de la nueva investigación.

Suponen que la sacarosa no provocó necesariamente a una mejora en el estado emocional, sino que pudo limitarse a aumentar la motivación del apetito y el comportamiento exploratorio del insecto.

Fuente: Tendencias21