Glaciares de Alaska se derriten a ritmo récord: científicos
Alaska está a punto de cerrar un año que se está convirtiendo en el más caluroso jamás registrado, en el que los glaciares se están derritiendo a un ritmo de récord o cercano a este, contribuyendo al aumento del nivel del mar, dijeron científicos tras analizar las mediciones realizadas en otoño.
El glaciar Lemon Creek de Juneau, que tiene registros históricos desde los años 40, experimentó su segundo año consecutivo de pérdidas de récord, con tres metros restados a su superficie, dijo Louis Sass, glaciólogo de la Agencia Geológica de Estados Unidos, a Reuters.
El derretimiento llegó hasta la cumbre del glaciar, dijo Sass, uno de los expertos que viajó a glaciares referenciales para tomar medidas en otoño.
«Es una señal realmente mala para un glaciar», señaló, destacando que el derretimiento a gran altitud significa que no hay una acumulación de nieve que se compacte en hielo y ayude a contrarrestar pérdidas en estratos menores.
En el glaciar Wolverine de la península Kenai, al sur de Anchorage, la pérdida fue la segunda mayor registrada desde los años 60. Según Sass, no igualó el récord de 2004 solo porque gran parte del glaciar se ha fundido ya.
También se registró un derretimiento drástico en el Parque Nacional de los Fiordos de Kenai, que fueron visitados hace años por el ex presidente Barack Obama para llamar la atención sobre el cambio climático. Allí, el glaciar Bear, un popular destino turístico, retrocedió casi un kilómetro en 11 meses, según las medidas hechas en agosto por el Servicio Nacional de Parques.
«Es casi como si lo hubieran pinchado y hubiera empezado a desinflarse», comentó Nate Lewis, un guía de la naturaleza con sede en Seward que lleva a los viajeros al nuevo lago que se ha formado a los pies del reducido glaciar.
Alaska registró su mes más cálido de la historia en julio y la tendencia ha continuado.
«Alaska se encamina a romper su récord de año más caluroso a no ser que diciembre sea dramáticamente más frío que lo previsto», dijo Brian Brettschneider, un especialista en clima del Centro Internacional de Análisis Árticos Fairbanks de la Universidad de Alaska, en un tuit fechado el 1 de diciembre.
Fuente: Reuters