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Descubren el truco de los machos mantis para evitar la decapitación después del sexo

Sabíamos que la Mantis religiosa podía llegar a ser aterradora, y que la cabeza del propio macho forma parte de la dieta de las hembras (aunque éste era capaz de aparearse sin el tronco). Ahora sabemos cómo el macho ha podido sobrevivir en el tiempo.

Porque además de perder literalmente la cabeza en las citas, el macho tiene otro problema cuando hablamos de la familia de las mantis Springbok: la hembra tiene la capacidad de reproducirse asexualmente o sin la ayuda de los machos. Dicho de otra forma, pueden producir clones de sí mismas si no se aparean.

Por tanto, si las hembras se comen a los pretendientes e incluso pueden reproducirse sin sexo, ¿cómo demonios han sobrevivido los machos? De esto va una nueva investigación recientemente publicada sobre la mantis Springbok verde brillante, también conocida como Miomantis caffra, originaria del sur de África, aunque se ha extendido a Nueva Zelanda, el sur de Europa y California.

En el estudio, publicado en Biology Letters, los investigadores encontraron que en el 60 por ciento de los encuentros sexuales entre Springboks terminan en que los machos pierden la cabeza. Según Nathan Burke, entomólogo de la Universidad de Auckland y experto en rituales de apareamiento de mantis:

Los machos juegan a la ruleta rusa siempre que encuentran hembras caníbales. Todas las mantis masculinas muestran extrema precaución al acercarse a una posible pareja. Difícil culparlos.

Sin embargo, mientras que la mayoría se acercará sigilosamente por detrás o distraerá a la hembra, encontraron que el Springbok tiene una estrategia completamente diferente que no se sabía hasta ahora. Según Burke:

Bajo la amenaza de un ataque caníbal, los machos intentan someter a las hembras inmovilizándolas en luchas violentas. De esta forma, los machos que ganan la pelea tienen más posibilidades de lograr consumar la relación, lo que sugiere que la lucha es tanto una táctica de apareamiento como una táctica de supervivencia.

Cuentan los investigadores que la clave para esta victoria entre los 52 pares de mantis que experimentaron fue golpear primero. Si el macho era más rápido tenía un 78 por ciento de posibilidades de escapar ileso. No solo eso, también encontraron que el macho en ocasiones le infligía a la hembra una herida grave pero no fatal en el abdomen. Para Burke:

Me sorprendió mucho descubrir que los machos hieren a las hembras al intentar someterlas para el apareamiento. Nunca antes se había observado algo así en las mantis.

El investigador finaliza su trabajo explicando que, “es un ejemplo fascinante de cómo el conflicto sexual puede conducir a la evolución de tácticas de apareamiento que ayudan a un sexo pero obstaculizan al otro”.

Fuente: es.gizmodo.com