UNAM transforma semillas de tamarindo en plásticos biodegradables
Investigadores de la UNAM desarrollan materiales a partir de semillas de tamarindo, para generar envases biodegradables y con ellos reducir el uso de plásticos no reciclables.
Con el propósito de atenuar el impacto medioambiental de estas acciones, las científicas Elsa Gutiérrez Cortez y María de la Luz Zambrano, de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizan estudios sobre el xiloglucano, un polisacarido proveniente de las semillas de tamarindo, dátil y otros productos.
El xiloglucano es relevante por su uso en la industria farmacéutica, además, posee amplio potencial como agente espesante, estabilizante de espumas y emulsiones, útil en la construcción y elaboración de pintura, películas, recubrimientos, así como en la fabricación de cosméticos y alimentos.
Así como para aumentar la viscosidad en alimentos como el yogurt, shampoos y pinturas; en recubrimientos de frutos para inhibir su oxidación; formación de películas bucales; y como aditivo para alimentos.
Recientemente los universitarios emplearon el xiloglucano, proveniente de las semillas de tamarindo, en la fabricación de algunos tipos de envases que podrían reemplazar o disminuir exitosamente la utilización de contenedores plásticos, los cuales incluso, pueden ser comestibles.
“Estas películas son muy parecidas a las de uso bucal, se pueden hacer claras u opacas, dependiendo si deseamos hacer visible el contenido o no, coloridas y llamativas para los niños y adultos”, lo cual da pauta a la fabricación de empaques comestibles para dulces, comentó Gutiérrez Cortez.
“Se les puede adicionar café, té, azúcar, sustituto de crema o saborizantes de agua. Tienen la capacidad de disolverse en líquido sin modificar su sabor o generar algún tipo de residuo”.
¿Por qué usar el tamarindo?
Al considerar que el tamarindo es un fruto altamente utilizado en la industria alimentaria, pero cuyo uso se limita al contenido de su pulpa, Gutiérrez Cortez y su equipo decidieron trabajar con las semillas para obtener el polisacárido y aprovechar un ingrediente que se considera como desecho o subproducto.
Además, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, México es uno de los grandes productores de esta fruta y por cada kilogramo se obtiene 34% de semillas.
“El xiloglucano sólo lo hemos obtenido de la semilla de tamarindo porque lo producimos en nuestro país y, a diferencia del dátil, es abundante al ser un subproducto de la industria alimentaria. Basta con ir a las empresas y nos la regalan”, señaló la académica.
Fuente: unotv.com