Serpiente prehistórica que comía cocodrilos y era del tamaño de un autobús
Cercana a los 13 metros de largo, dos metros de diámetro y con un peso de casi 1.5 toneladas, Titanoboa cerrejonensis fue una especie de serpiente que vivió hace 60 millones de años, después de la extinción de los dinosaurios.
Su hogar eran las selvas tropicales de Sudamérica, donde se mantuvo como el mayor depredador de la zona durante más de 10 millones de años.
La serpiente gigantesca que comía casi una tonelada de comida
El monstruo prehistórico tenía el tamaño aproximado de un autobús de pasajeros y era capaz de tragarse un animal hasta cuatro veces del tamaño de su cabeza, especialmente cocodrilos y tortugas gigantes, pues los reptiles eran los favoritos en su dieta.
La Titanoboa cerrejonensis se ocultaba (sí, podía hacerlo) a las orillas de los ríos, en donde esperaba con mucha paciencia a su siguiente presa. Cuando la encontraba, se lanzaba a una velocidad de tres metros y medio por segundo, es decir, casi 13 kilómetros por hora.
No obstante, esta boa gigante no era venenosa y poseía dientes «pequeños». La manera en que mataba a sus víctimas era enrollándolas para inmovilizarlas y triturarlas hasta la muerte. Después, las tragabas completas.
En una sola comida, la boa titán podía consumir hasta una tonelada de comida y no necesitar alimentos hasta un año después, momento en que terminaba de digerir todo el producto de su cacería.
Se cree que al igual que otros grandes reptiles de la prehistoria, las serpientes gigantes tenían una vida larga. Se calcula que podían vivir hasta los 30 años.
Las características de esta poderosa boa recuerdan un poco a la película Anaconda, en donde una serpiente gigante intenta devorar al grupo de protagonistas. Pero si hacemos la comparativa, la boa titán seguro jugaría con la Anaconda como si fuera un juguete pequeño.
¿Qué te parece este descubrimiento científico? ¿Te hubiera gustado conocer a un espécimen de esta poderosa serpiente?
Fuente: vix.com.es