Nueva técnica que revierte un componente importante del envejecimiento
Unos biólogos han desarrollado una técnica que, por así decirlo, hace dar marcha atrás al reloj que regula a un componente importante del envejecimiento. La técnica se ha probado con éxito en moscas de la fruta, cuyo envejecimiento se ha enlentecido, con el consiguiente aumento de su longevidad. La técnica podría llegar a beneficiar también a los humanos.
Trabajando sobre moscas de la fruta que habían alcanzado su edad madura, el equipo de Anil Rana y David Walker, ambos de la Universidad de California en la ciudad estadounidense de Los Ángeles (UCLA), mejoró sustancialmente la salud de los animales haciendo además más lento, y de forma significativa, su envejecimiento. Estos científicos creen que la técnica podría acabar llevando a un método para retrasar la aparición de la enfermedad de Parkinson, la de Alzheimer, el cáncer, ciertos derrames cerebrales y enfermedades cardiovasculares, así como otras dolencias propiciadas por el envejecimiento en humanos.
La nueva técnica se centra en las mitocondrias, los diminutos generadores de energía en el interior de las células que controlan su crecimiento y determinan en buena medida cuánto viven. Las mitocondrias se dañan a menudo con el envejecimiento, y a medida que las personas envejecen, estas mitocondrias dañadas tienden a acumularse en el cerebro, los músculos y otros órganos. Cuando las células no pueden eliminar las mitocondrias dañadas, estas pueden volverse tóxicas y contribuir a la aparición de una amplia gama de enfermedades relacionadas con la vejez.
En la nueva investigación, Walker y sus colegas hallaron que cuando las moscas de la fruta alcanzan la mediana edad, lo que ocurre cuando cumplen el primero de sus dos meses de vida, sus mitocondrias dejan de tener su forma redonda y pequeña original. Todo apunta a que el hecho de que las mitocondrias aumenten de tamaño y adopten una forma alargada altera la capacidad de la célula de eliminar a las dañadas.
Los científicos retiraron las mitocondrias dañadas mediante su subdivisión en trozos más pequeños, y cuando lo hicieron, las moscas se volvieron más activas, vigorosas y resistentes, aumentando asimismo su longevidad.
Para fragmentar las mitocondrias de las moscas, el equipo de investigación incrementó en los animales los niveles de una proteína llamada Drp1. Esto permitió que las moscas eliminaran más eficientemente las mitocondrias dañadas. Al menos en moscas y ratones, los niveles de Drp1 se reducen con el envejecimiento.
Fuente: noticiasdelaciencia.com