Los dinosaurios ya estaban sentenciados antes del asteroide

Los dinosaurios habían comenzado su extinción 10 millones de años antes del impacto de un asteroide en el Golfo de México: el clima de la Tierra se estaba enfriando y poniendo en apuros su supervivencia, que dependía de temperaturas cálidas.

La total extinción de los dinosaurios no puede atribuirse únicamente al impacto de un asteroide masivo, según una nueva investigación, ya que los cambios ambientales los predispusieron a su desaparición mucho antes de la catástrofe planetaria.

Hace aproximadamente 66 millones de años ocurrió en nuestro planeta una extinción masiva que afectó a tres cuartas partes de las especies de plantas y animales.

Después de dominar la Tierra durante más de 170 millones de años, los dinosaurios no aviares desaparecieron en el marco de esa extinción masiva.

Todavía no se conoce con certeza qué fue lo que provocó esa extinción masiva, ocurrida al final del Cretácico y el comienzo del Paleógeno.

Esa extinción fue selectiva: terminó con los tetrápodos que pesaban más de 25 kilos, pero no con la mayoría de los mamíferos, tortugas y cocodrilos, entre otras especies emblemáticas. Incluso las aves sobrevivieron, así como otros organismos marinos y tipos de plantas.

Sabemos que el medio ambiente global colapsó y la hipótesis más asumida hasta ahora es que un enorme cuerpo celeste, de entre 10 y 15 km de ancho, impactó contra la Tierra en el Golfo de México y provocó lo que se conoce como invierno de impacto.

Se trata de un periodo de clima frío prolongado porque el impacto de un gran asteroide o cometa en la superficie de la Tierra expulsa a la atmósfera una enorme cantidad de polvo, cenizas y otros materiales, lo que bloquea la radiación del Sol.

La oscuridad subsiguiente al impacto provoca un descenso drástico de la temperatura en el planeta y la extinción masiva de especies.

Volcanes asiáticos

No es la única explicación posible, porque hace 65 millones de años ocurrió otro episodio extraordinario en la historia de la Tierra: un intenso periodo de actividad volcánica en el otro extremo del mundo.

Ocurrió también a finales del Cretácico en una de las mayores formaciones volcánicas de la Tierra conocida como Traps del Decán, en la India, que surgieron hace entre 60 y 68 millones de años.

Como consecuencia de esa actividad volcánica, los gases de efecto invernadero se acumularon en la atmósfera, provocando un calentamiento global que agravó las condiciones para la vida en la Tierra y contribuyó a la extinción masiva documentada en aquella época.

Hay algo que une a la caída del enorme asteroide en México con la actividad volcánica asiática: el iridio, abundante en meteoritos. No solo apareció en el cráter mexicano, sino que también fue esparcido a través del mundo por las erupciones volcánicas de las formaciones del Decán.

Los científicos creen que tanto el asteroide caído en México como los volcanes del Decán habrían causado la extinción masiva que precedió al Paleógeno, si bien una reciente investigación descarta que los volcanes hayan tenido que ver con el fin de los dinosaurios, ya que las erupciones de esos volcanes habrían ocurrido mucho antes de su desaparición.

Nuevos datos

Una nueva investigación introduce otro dato que desconcierta a lo que pasó realmente al final del Cretácico: una nueva lectura de los registros fósiles señala que los dinosaurios, probablemente, ya estaban en declive antes del desastre planetario.

La investigación analizó 1.600 fósiles de las seis familias principales de dinosaurios y descubrió que la diversidad de los no aviares había comenzado a disminuir 10 millones de años antes del impacto del asteroide.

Los investigadores atribuyen este declive a que el clima de la Tierra se estaba enfriando en aquella época, dificultando la vida de los dinosaurios, que depende de temperaturas cálidas.

Después de dominar el planeta durante más de 160 millones de años, empezó el declive de los dinosaurios y el dominio de otras especies, incluidos los mamíferos, que encontraron la oportunidad de crecer y desarrollarse.

El impacto del asteroide, los volcanes asiáticos, o ambos, habrían rematado este proceso evolutivo que provocó un vuelco en la biodiversidad terrestre.

La conclusión del nuevo estudio es que la total extinción de los dinosaurios no puede atribuirse únicamente al impacto de un asteroide masivo.

A ello hay que añadir que los cambios ambientales a largo plazo predispusieron a los dinosaurios no aviares a la extinción, mucho antes de que un gigantesco asteroide destrozara su entorno natural.

Fuente: tendencias21.levante-emv.com