¿Qué es lo próximo? Las misiones con las que la NASA explorará el espacio en 2018
El año 2017 ha sido importante para la carrera espacial. Ha estado marcado por la despedida de la misión Cassini, que durante 13 años estuvo explorando el planeta Saturno, sus anillos y sus lunas. En ese tiempo, las compañías privadas Space X y Blue Origin han hecho importantes avances en la utilización de cohetes reutilizables y, en diciembre, Donald Trump firmó la “Space Directive 1” para ordenar el retorno de los astronautas estadounidenses a la superficie de la Luna.
Si algo es seguro, es que la exploración espacial seguirá adelante en 2018. En un vídeo, la NASA ha adelantado cuáles son las misiones e hitos que se deben esperar próximamente. Todo apunta a que 2018 estará marcado por la llegada de robots a Marte y al asteroide Bennu. También podrían realizarse importantes vuelos de astronautas a la órbita de la Tierra o incluso más allá. Parece ser que nuevos satélites se dedicarán a la búsqueda de exoplanetas.
Una de los próximos hitos más importantes será el lanzamiento de la misión “InSight” (de “Interior Exploration using Seismic Investigations, Geodesy and Heat Transport”), en mayo de 2018. Esta misión, que forma parte del programa “Discovery” de la NASA para explorar el Sistema Solar, tiene como finalidad aterrizar una sonda para analizar el interior del planeta Marte. Está previsto que “InSight” ayude a comprender mejor los procesos de formación de planetas rocosos (como la Tierra) y el interior del Planeta Rojo. La sonda tratará de conseguirlo a través de mediciones de sismología, temperatura y de resistencia de los materiales. Pero la larga distancia que hay hasta Marte, y que dificulta las próximas misiones tripuladas allí, hará que sea necesario esperar hasta noviembre de 2018 para que la sonda llegue a la superficie.
Desde que la NASA dejara de usar los transbordadores espaciales, en 2011, desde entonces ha dependido de naves extranjeras para enviar astronautas a la Estación Espacial Internacional (en inglés, ISS). En 2014 firmó sendos contratos con Boeing y Space X para que desarrollasen módulos capaces de cumplir con esta difícil tarea, los “CST-100 Starliner” y “Dragon”, respectivamente. Por fin, está previsto que en 2018 se pueda ver los primeros vuelos tripulados de estos módulos, desarrollados por compañías privadas, después de que se hagan pruebas con vuelos no tripulados. Mientras tanto, la NASA seguirá preparando la cápsula tripulable “Orion”, con ayuda de la Agencia Espacial Europea (ESA), que se espera que más adelante lleve a astronautas a la Luna.
Si 2017 ha estado marcado por la visita de un asteroide (o cometa muerto), de fuera del Sistema Solar, 2018 será también importante para las rocas espaciales. La misión Osiris Rex (de “Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security-Regolith Explorer”), de la NASA, llegará para hacer su visita al asteroide Bennu. La sonda, lanzada en septiembre de 2016, llegará en agosto al asteroide para recoger unos 60 gramos de material, como ya hiciera la misión Hayabusa de la agencia espacial japonesa (JAXA), en 2005, en esa ocasión en el asteroide (25143) Itokawa. Se espera que en junio de 2018 la misión Hayabusa 2, también de la JAXA, llegue al asteroide (162173) Ryugu para recoger mayores cantidades de material. Si todo va bien, Hayabusa 2 volverá a la Tierra en 2020 y Osiris Rex en 2023. Ambas tienen como objetivo analizar la composición de los asteroides para comprenderlos mejor y sacar nuevas conclusiones sobre los orígenes y la evolución del Sistema Solar.
Otro de los puntos álgidos de la exploración espacial es, sin duda, la búsqueda de exoplanetas. Junto a la constante suma de nuevos exoplanetas, en 2017 se produjo el importante hallazgo de un sistema solar con siete exoplanetas de tamaño comparable a la Tierra y en una zona relativamente templada, en la órbita de TRAPPIST-1, una enana roja, a una distancia de “solo” 41 años luz. En 2018, y para sumarse a los esfuerzos del telescopio espacial Kepler y otros, la NASA lanzará la misión “Transiting Exoplanet Survey Satellite” (TESS) para buscar exoplanetas en las órbitas de las estrellas más brillantes del cielo. Se espera que en dos años TESS analice la luz de más de 200.000 estrellas en todo el cielo, y no en una rejilla concreta, como hace Kepler. Se espera que TESS encuentre todo tipo de planetas, desde rocosos a gigantes gaseosos, en torno a una gran variedad de estrellas.
La misión para “tocar” el Sol
La búsqueda de exoplanetas en estrellas lejanas es muy interesante, pero no se puede olvidar a la más importante (para nosotros) de las estrellas: el Sol. En 2018 comenzará un largo viaje para “tocar”, por primera vez, a nuestra estrella. En verano la NASA lanzará a la “Parker Solar Probe”, cuya misión será acercarse a casi 63 millones de kilómetros de la superficie del Sol (siete veces más cerca que nunca antes, pero aún así unas 164 veces la distancia entre la Tierra y la Luna), para analizar la parte exterior de la corona solar. Su principal tarea será aprender más sobre el origen y la evolución del viento solar, y permitirá hacer avances muy importantes para predecir la meteorología espacial, lo que es fundamental para proteger los satélites terrestres.
Un retraso ha impedido que 2018 sea el año en que se lance al sustituto del famoso telescopio espacial Hubble. Pero el año que viene será el que asegurará poner a punto todo lo necesario para lanzar al potentísimo “James Webb Space Telescope” (JWST), un mastodonte que tendrá un espejo de 6,5 metros de diámetro en el espacio y que se convertirá en el buque insignia de los telescopios espaciales. Sus potentes sensores le permitirán estudiar las primeras galaxias aparecidas tras el Big Bang, las atmósferas de exoplanetas o las nubes de polvo donde se forman nuevos sistemas solares, con una sensibilidad sin precedentes. Todo esto será fundamental para que la ciencia siga avanzando las próximas décadas en campos tan diversos como el estudio de los orígenes y la evolución de las galaxias, o en la búsqueda de lugares donde podría existir vida.
Por último, en 2018 se seguirá avanzando en la investigación de hábitats, cohetes y naves para mandar hombres a la Luna y más allá, pero será también la fecha en que los astronautas cumplirán los 18 años de trabajo en la Estación Espacial Internacional (ISS), un laboratorio orbital suspendido a 400 kilómetros de altura y donde se han llevado a cabo al menos 2.100 investigaciones científicas y tecnológicas en campos como la Biología, la Ciencia de la Tierra, la Fisiología, la Física y la Tecnología, siempre en condiciones de microgravedad.
Fuente: ABC España