La UNAM explorará la pirámide de Kukulcán con rayos cósmicos

Físicos de la UNAM harán una radiografía a la pirámide de Kukulcán, en Chichén Itzá, utilizando muones

El Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México se está preparando para realizar una radiografía de la pirámide de Kukulcán, ubicada en la zona arqueológica de Chichén Itzá, utilizando una técnica de rayos cósmicos. El objetivo es identificar cámaras que aún no hayan sido descubiertas en esta construcción milenaria.

Según informa Gaceta UNAM, este esfuerzo forma parte de un proyecto internacional denominado NAUM, un acrónimo en inglés que significa “Muografía para usos Arqueológicos No Invasivos”. Aprovechando la entrada de las partículas de muones a la Tierra, los científicos podrán registrar lo que se encuentra debajo de la pirámide de 30 metros de altura, más allá de las cámaras denominadas ‘Jaguar’ y ‘Chac Mool’, sin recurrir a maquinaria que pueda poner en peligro la integridad de la estructura.

Una muografía a la pirámide de Kukulcán

Los muones son partículas elementales, similares a los electrones pero mucho más masivas y con una vida media corta. Son producto de una colisión previa de radiación espacial con la atmósfera de la Tierra. Los muones tienen la particularidad de poder traspasar superficies sólidas a velocidad constante sin alterar la composición de los objetos. Dado que la humanidad ha aprendido a identificarlos, puede utilizar su caída natural para comprobar si dentro de ciertas estructuras frágiles existe material más o menos denso que pueda influir en el tiempo que tarda la partícula en completar su camino.

La muografía se ha convertido en una de las técnicas no invasivas favoritas de los arqueólogos de sitios protegidos. En las pirámides de Giza, Egipto, o de Teotihuacan, México, se ha utilizado para detectar cámaras a las que tradicionalmente no se tendría acceso. La lógica detrás del proceso es simple: se coloca un detector de muones debajo de la estructura y se espera a que la radiación cósmica acumule partículas elementales. Si los muones caen con diferencias de tiempo o simplemente no alcanzan a tocar el sensor, entonces significa que en medio de la edificación existe un objeto más denso o un cuarto vacío que no es visible desde afuera.

El equipo de científicos que trabajará en Chichén Itzá afirma que traerá dos detectores de muones que serán colocados en los túneles de la pirámide. Los datos recopilados por los sensores serán enviados a otras universidades donde se construirá una imagen tridimensional del recinto utilizando la información de las partículas elementales.

El proyecto de mapeo de la pirámide de Kukulcán ha sido aprobado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y cuenta con financiamiento de la UNAM, la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos y del Fermi National Accelerator Laboratory (Fermilab). Una vez que se termine de construir el detector de muones, se espera que la radiografía del sitio arqueológico esté lista en aproximadamente seis meses.

Según el INAH, Chichén Itzá fue la capital de un amplio territorio en la península de Yucatán, México, encabezado por la liga de Mayapán, desde el año 987 hasta el 1,299 d. C. Sus construcciones son mundialmente famosas debido al juego de luz y sombras que ocurre en ellas durante cada equinoccio de primavera. Por otro lado, la pirámide de Kukulcán fue construida en el siglo XII por la cultura maya. En 1988 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Fuente: es.wired.com