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La sonda Osiris-Rex besó al asteroide Bennu en una misión perfecta

La sonda estadunidense Osiris-Rex entró brevemente en contacto este martes con el asteroide Bennu, tal como estaba previsto, confirmó la NASA, aunque el nivel del éxito de la operación de toma de muestras no se conocerá hasta dentro de algunos días.

Aterrizaje confirmado, Muestreo terminado, anunció la agencia espacial durante la retransmisión en vivo de las operaciones, arrancando una ovación entre el equipo al terminar esta intervención de algunos segundos, que llega más de cuatro años después del lanzamiento de la sonda.

Todo fue perfecto, explicó minutos más tarde Dante Lauretta, jefe de la misión, emocionado.

Escribimos una página de la historia esta tarde, añadió.

Tras arrojar nitrógeno comprimido a la superficie de Bennu, el brazo del robot debía recoger las partículas de menos de 2 centímetros de diámetro. El objetivo era acumular al menos 60 gramos durante esos pocos segundos, lo que sería la mayor muestra extraterrestre recogida desde las misiones lunares Apolo.

Sin embargo, la masa exacta de la muestra no se conocerá hasta sábado.

Hasta ahora, Osiris-Rex sólo ha podido enviar mensajes de confirmación, pero ninguna imagen: la sonda apenas lo hizo la noche del martes al miércoles, en cuanto regrese a su órbita y se encuentre a distancia segura del asteroide, tras cargar las baterías.

En las próximas horas y días, enviará numerosos datos e imágenes que darán una estimación del resultado de la toma de muestras.

Existe la posibilidad de que el brazo de la sonda no se haya podido posar sobre una superficie plana y aspirar el polvo, por ejemplo si ha caído sobre una gran roca.

En caso de fracaso, se podría decidir hacer un nuevo intento, en otro punto, en enero.

En realidad no podemos aterrizar en la superficie de Bennu, así que sólo se besó la superficie, agregó Beth Buck, de Lockheed Martin.

El interés de analizar la composición de los asteroides del sistema solar se basa en que están hechos de los mismos materiales que formaron los planetas.

Es casi una piedra Rosetta, algo que está ahí fuera y cuenta la historia de toda nuestra Tierra, del sistema solar durante los pasados miles de millones de años, aseguró Thomas Zurbuchen, científico jefe de la NASA.

Las muestras regresarán a la Tierra el 24 de septiembre de 2023, con un aterrizaje planeado en el desierto de Utah. Con ese material, los laboratorios podrán llevar a cabo análisis mucho más potentes de sus características físicas y químicas, informó Lori Glaze, directora de la división de ciencia planetaria de la agencia espacial estadunidense.

Bennu no es un asteroide liso, cubierto por una playa inofensiva de arena fina, que esperaba la NASA. En realidad, se eligió porque está convenientemente cerca y es antiguo: los científicos estiman que se formó en los primeros 10 millones de años de la historia del sistema solar, hace 4 mil 500 millones de años.

Fuente: AFP