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Gracias al omega-3, a los espermatozoides les gustan las nueces

Introducir 60 gramos diarios de frutos secos en la dieta aumenta tanto la cantidad como la calidad de los espermatozoides en hombres que comen poca fruta y verdura, según un estudio de la Universitat Rovira i Virgili (URV) presentado ayer en el congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología.

En el estudio han participado 119 voluntarios de entre 18 y 35 años. Todos ellos están sanos pero tienen una dieta con pocos alimentos vegetales y abundantes productos cárnicos. “Tienen lo que llamamos una dieta occidental, que es diferente de la mediterránea”, explica Mònica Bulló, profesora de la URV y directora de la investigación.

Los voluntarios se dividieron en dos grupos, uno que mantuvo su dieta habitual durante catorce semanas y otro que la complementó con 60 gramos diarios de nueces, almendras y avellanas. Se analizó el semen de ambos grupos tanto al inicio como al final de estas catorce ¬semanas.

Según los resultados que se publicarán en el American Journal of Clinical Nutrition, el número de espermatozoides aumentó de 75,5 a 80 millones por mililitro entre los voluntarios que tomaron frutos secos, lo que representa un incremento del 6%. También mejoraron otros parámetros de calidad del semen como la motilidad de los espermatozoides, su vitalidad, su morfología y la integridad de su ADN. Entre los voluntarios que no tomaron frutos secos, no se registró ninguno de estos cambios.

El estudio de la URV se añade a otros que han detectado en los últimos años una relación entre la dieta y la fertilidad masculina. Estos estudios indican que las grasas omega-3 y los micronutrientes antioxidantes, que abundan en los frutos secos y escasean en la dieta occidental, influyen en la calidad del semen.

Los nuevos resultados llegan un año después de que un gran estudio basado en datos de 40.000 hombres advirtiera que la calidad del semen se ha degradado progresivamente en Europa, Australia y América del Norte a lo largo de las cuatro últimas décadas. Aunque la causa exacta del deterioro no se ha identificado, se atribuye a factores ambientales asociados al estilo de vida.

“No podemos decir a las parejas que desean tener un hijo que tomen frutos secos; no sería correcto hacer recomendaciones de salud pública a partir de un único estudio”, declara Albert Salas-Huetos, primer ¬autor de la investigación. “Lo que sí podemos afirmar es que un estilo de vida saludable, lo que incluye una buena alimentación, así como evitar el tabaco, el exceso de alcohol y el estrés, ayuda a mejorar los parámetros de fertilidad”.

Fuente: lavanguardia.com