En un excepcional ámbar se hallaron 40 invertebrados marinos y terrestres
Un equipo de paleontólogos encontró al menos 40 especies de invertebrados en un trozo de ámbar birmano, de acuerdo al reporte publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences. Algunos de ellos, como ácaros, arañas, escarabajos y cucarachas, son terrestres, mientras que otros (crustáceos y moluscos, incluida la amonita) son marinos. Los científicos creen que la resina cayó desde un árbol que creció en la costa marítima, por lo cual incluye tanto a invertebrados que viven en la tierra como a especies marinas traídas por el oleaje.
El ámbar con fósiles fue encontrado en las minas en el norte de Myanmar. El yacimiento de ámbar se estableció allí a finales del s. XIX. Luego lo reabrieron en 2000. Durante la existencia de esa mina los investigadores encontraron fósiles de más de 500 familias de invertebrados, vertebrados, plantas, hongos y protozoos.
Ahora los paleontólogos de China, el Reino Unido, Francia y los Estados Unidos, liderados por David Dilcher de la Universidad de Indiana, mostraron su nuevo hallazgo. Es un trozo de ámbar birmano de tamaño de 3,3×0,95×2,9 centímetros en el cual habían contado al menos 40 especies de varios invertebrados. Los científicos investigaron el ámbar utilizando microtomografía computarizada y obtuvieron imágenes tridimensionales de petrificaciones.
En el referido ámbar hay al menos 28 especies de animales que viven en la tierra: garrapatas, escarabajos, arañas, cucarachas y avispas. También los autores encontraron restos de cuatro isópodos, es decir, unos crustáceos que antes vivían en los litorales. Además, en el ámbar había cuatro conchas de caracoles marinos y una pequeña amonita, una subclase de moluscos cefalópodos ya extintos. Ya que los tejidos blandos de la amonita y los caracoles no se preservaron y algunas partes de sus conchas fueron destruidas, los investigadores llegaron a la conclusión que los animales ya estaban muertos antes de caer en el ámbar. Los autores del estudio señalan que es la primera vez que una amonita fue encontrada en ámbar birmano.
Los paleontólogos presentaron varias versiones que explican la aparición de animales marinos y terrestres en el mismo ámbar. En primer lugar, la resina podría haber caído desde un árbol que creció en la costa a orillas del mar. Esta hipótesis se ve respaldada por estudios de otros paleontólogos, los cuales creen que el ámbar birmano se formó de la resina de las araucariáceas. Estos árboles normalmente crecen cerca de la costa.
La segunda versión dice que el bosque costero se inundó debido a tsunami o tormenta tropical, que trajo consigo restos de animales marinos. Sin embargo, en este caso el ámbar contendría más invertebrados marinos que terrestres. Por lo tanto, los paleontólogos creen que la primera hipótesis es más creíble.
Anteriormente, informamos que en yacimientos de Myanmar se descubrieron fósiles de mariposas del Jurásico, garrapatas que chupaban la sangre de dinosaurios, un suborden de milpiés de 99 millones de años de antigüedad y muchas otras especies raras más.
Fuente: nmas1.org