Como cada año, nos conjuraremos para sacar adelante nuestros propósitos o promesas de año nuevo. Los más clásicos, dejar de fumar y perder peso. O lo que es lo mismo, hacer más ejercicio y ponernos a dieta. Sin embargo, los excesos alimenticios de las Navidades, cuando no de todo el año, pueden provocar que la dieta no induzca los efectos deseados. Y es que como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis (EU), el éxito o fracaso de la dieta viene condicionado, cuando menos en inicio, por las especies bacterianas que compongan nuestra flora intestinal, estando esta composición determinada por el tipo de alimentación que hayamos llevado hasta ese momento.
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