Disfunción eréctil afecta a más del 60% de los hombres con diabetes

La incidencia de la disfunción eréctil se calcula en un 8.4 por ciento en la población masculina en general, problema que en pacientes con diabetes afecta a más del 60 por ciento de los varones, según información de la Secretaría de Salud (Ssa).

“Este porcentaje es extraordinariamente alto y el trastorno llega a manifestarse antes que otras complicaciones de la enfermedad, como retinopatía (ceguera), pie diabético e insuficiencia renal, lo que por lo regular ocurre al no llevar un control adecuado de los niveles de glucosa en sangre”, refiere el doctor Alejandro Robert Uribe, especialista adscrito la Sociedad Mexicana de Urología.

Agrega que la disfunción eréctil, antes mal llamada impotencia sexual, ha acompañado al ser humano desde siempre y debido a que no había suficientes tratamientos disponibles se afirmaba que el 90 por ciento era de tipo psicológico. “Ahora se sabe que esto no es cierto, y afecta a las personas con diabetes porque al tener exceso de glucosa en la sangre sufren daño en los nervios y en los vasos sanguíneos del pene encargados de las erecciones”.

Para entender por qué ocurre es necesario saber cómo funciona el mecanismo de la erección. Se divide en las fases eléctrica e hidráulica. La primera corresponde al estímulo del sistema nervioso, tanto a través del tacto como del cerebro; a partir de ello, tiene lugar la segunda etapa que se caracteriza por acumular sangre dentro del pene.

“El fluido sanguíneo que llega al pene es retenido por los cuerpos cavernosos y, una vez que la sangre se encuentra ahí, cierran una compuerta para evitar que se vacíen, lo que permite que el pene se mantenga erecto. En las personas con diabetes este proceso se ve afectado porque presentan problemas en los pequeños vasos sanguíneos, por lo que la circulación es deficiente”, explica el doctor Robert Uribe.

El tratamiento depende del nivel en el que se encuentre la disfunción, sin embargo, lo primordial es regular los niveles de glucosa en sangre mediante un tratamiento integral que se compone de fármacos, alimentación saludable, práctica de ejercicio y monitoreo. Ahora bien, si es de leve a moderada, es decir, cuando hay endurecimiento peneano pero no es suficiente como para penetrar, suele recomendarse terapia con medicamentos orales.

A quienes presentan el trastorno de manera moderada a severa y que no responden muy bien al tratamiento oral se les recomienda el uso de una bomba de vacío. Se trata de un tubo de plástico (en donde se introduce el pene) que aumenta la presión de la sangre en dicho órgano. “En quienes sufren graves problemas de circulación y no responden favorablemente a la terapia oral ni a la bomba de vacío, tienen la como opción la colocación de una prótesis en el pene”, indica el urólogo. (Agencia ID)