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Un estudiante diseña un perro guía robot para personas con discapacidad visual

Un estudiante lanza un proyecto disruptivo para apoyar a personas con ceguera y otros problemas visuales: ha desarrollado un perro guía robótico y portátil que ayudará a quienes no puedan convivir con uno de carne y hueso.

La robótica ha mejorado ya el bienestar y la salud de miles de personas, beneficiadas de avances en ámbitos como el de los exoesqueletos, las operaciones quirúrgicas remotas, la monitorización de enfermedades a través de wearables portátiles o la mejora de la soledad con acompañamiento terapéutico. Ahora, la automatización también se pone al servicio de aquellos que padecen problemas de visión como la ceguera.

Inspirado por las consolas de juegos de realidad virtual y los vehículos autónomos, el ingeniero de diseño industrial de la Universidad de Loughborouegh Anthony Camu, decidió hacer realidad el proyecto tras percatarse de que el presupuesto, las viviendas pequeñas o las alergias son factores que pueden impedir que una persona ciega pueda convivir con un perro guía que facilite su vida cotidiana.

El diseño de este perro guía robot es tan sencillo como inteligente, canalizando en un gadget que puede sostenerse en la mano las funciones básicas que se precisan para la guía y el acompañamiento. Aunque por el momento solamente se trata de un prototipo, Theia tiene un futuro brillante por delante.

La mano robótica se sirve un giroscopio de movimiento de control especial similar a aquellos que forman parte de los sistemas de control de actitud de las naves espaciales para mover las manos de los usuarios y guiarlos. Otra de sus ventajas es que también procesa datos en línea en tiempo real, como el clima o la densidad del tráfico, para ayudar al usuario de manera más exhaustiva y guiar a los usuarios tanto en exteriores como en interiores. De esta manera, el usuario es dirigido como si tirase de la correa de un perro guía.

Theia se activa a través de la voz y puede proporcionar rutas rápidas y seguras a destinos determinados utilizando datos en tiempo real y sensores a bordo. Usando los datos, el mango funciona igual que la correa y el animal. También ayuda a su dueño a usar ascensores, subir escaleras y llegar a las tiendas.

Si finalmente el prototipo se materializa en un aparato comercial, las personas ciegas podrían tener acceso a esta solución económica, que según su creador no pretende reemplazar a los perros guía sino constituir una alternativa complementaria para aquellos que no pueden permitirse, por motivos diversos, convivir con uno de estos animales.

“El objetivo final es que los usuarios de Theia puedan atravesar rutas de manera segura y eficiente, al mismo ritmo que las personas comunes, o incluso más rápido, sin la preocupación y la molestia de visualizar el entorno”, indica Camu, subrayando que el coste del robot se calcula de tan solo un 10% con respecto al perro guía.

Fuente: tcibeat.com