En 2025, las criptomonedas están viviendo una etapa de madurez inesperada: las noticias sobre récords de uso se mezclan con dudas alrededor de su verdadera utilidad. Mientras tanto, Bitcoin mantiene su función de “reserva de valor digital”, y Ethereum sigue siendo el gran laboratorio en donde se exploran contratos inteligentes, finanzas descentralizadas y nuevas formas de utilizar el blockchain en la vida cotidiana.
Según diferentes estimaciones, 861 millones de personas en el mundo usan ya en 2025 algún tipo de criptoactivos, lo que constituye una penetración global de algo más del 11%. La adopción como método de pago ha crecido casi un 45% este año, con cada vez más negocios aceptando pagos en Bitcoin y stablecoins asociadas a monedas fiat (o dinero por imperativo legal).
Para los jóvenes, invertir en criptomonedas no es una nueva forma de comprar acciones en la bolsa de valores, sino una alternativa en sí misma: el 65% de los millennials y Gen Z prefiere la cripto al 20% que invierte en acciones clásicas.
Bitcoin: más bajo, pero no menos protagonismo
Una de las noticias relacionadas con esto fue la cuarta halving” (reducción de la recompensa por minar nuevos bloques) de Bitcoin, que tuvo lugar en abril de 2024. La recompensa por bloque para los mineros disminuyó de 6,25 a 3,125 BTC.
Históricamente, las “halvings” han coincidido con ciclos de fuerte interés del mercado. Después de la primera “halving”, el precio aumentó de alrededor de 12 a más de 1.100 dólares, después de la segunda “halving” aumentó a cerca de 20.000 dólares y, tras la de 2020, se llegó a máximos próximos a 69.000 dólares en 2021.Son datos que ayudan a entender por qué cada recorte de recompensas se sigue con tanto interés.
Al mismo tiempo, el ecosistema de servicios alrededor de Bitcoin ha evolucionado considerablemente, desde soluciones de custodia institucionales hasta productos financieros basados en derivados. Este entorno contribuye a que, pese a que tiene un diseño simple en comparación con algunas plataformas alternativas, Bitcoin sigue siendo el rey del cripto.
Ethereum: la capa de innovación
Si el Bitcoin es considerado como “oro digital,” ethereum se ha consolidado como infraestructura de referencia para construir aplicaciones descentralizadas.
En marzo de 2024, la actualización Dencun introdujo mejoras técnicas, añadiendo nuevas transacciones basadas en “blobs” de datos, destinadas a que las soluciones de segunda capa pudieran publicar información de forma más barata.
Estudios posteriores descubrieron que las comisiones en algunas redes de capa 2 se redujeron entre 100 y 200 veces, pasando de alrededor de un dólar a menos de 0,01, en algunos casos.
En pocas palabras, es mucho más asequible usar aplicaciones en la red basadas en Ethereum, lo que permite usos cotidianos como micropagos, videojuegos basados en blockchain o intercambios descentralizados sin pagar comisiones de cientos de dólares.
El auge de DeFi y las monedas con rendimiento
Otro fenómeno de actualidad son las finanzas descentralizadas (DeFi). Préstamos sin bancos, mercados de liquidez automatizados o productos de rendimiento pasivos ya no son experimentos sino servicios empleados por multitud de personas de forma diaria.
Por otro lado, en 2025 también sobresale el impulso de los activos generadores de rendimiento, por ejemplo, las stablecoins. Según un informe reciente, solo entre el 8 y el 11 % de los criptoactivos actuales generan algún tipo de rendimiento, frente al 55–65 % de los activos tradicionales en finanzas clásicas.
Sin embargo, un espacio relevante se está abriendo dentro del mercado cripto para productos que no se basan únicamente en la revalorización del activo.
Más uso real y más responsabilidad
El aumento del uso como medio de pago de Bitcoin y de stablecoins se nota, sobre todo, en el comercio electrónico, remesas y servicios digitales. Cada vez es más habitual que plataformas globales incluyan una opción de pago en cripto junto a las tarjetas y los monederos tradicionales.
Pero esta normalización también presenta nuevos retos. La seguridad sigue siendo crítica: errores en contratos inteligentes, ataques a puentes entre cadenas o fraudes para estafar a los usuarios poco expertos han causado pérdidas significativas en los últimos años. Además, la volatilidad significa que el mismo pago puede ser significativamente superior o inferior en unos días si no se utiliza una stablecoin. En este sentido, la alfabetización financiera y tecnológica es clave.
Criptomonedas en 2025
En este año el protagonismo ha recaído en la infraestructura que se está construyendo. Bitcoin sigue siendo el referente para quien busca un activo digital escaso y resistente a la censura. El desarrollo de redes como Ethereum y la madurez de los casos de uso reales sugieren que las criptomonedas han evolucionado para convertirse en infraestructura digital utilizada por millones de personas a diario. Lo que seguirá sucediendo con las criptomonedas será decidido por estas tecnologías en su conjunto: su capacidad para resolver problemas reales de la forma más segura y sencilla posible pero, sobre todo, más accesible de lo que ofrece el sistema financiero actual.


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