Cada vez más, los ejércitos y agencias militares utilizan a la inteligencia artificial en los conflictos bélicos

La inteligencia artificial (IA) está destinada a cambiar al mundo, pero no solamente en aspectos positivos, pues gobiernos de diferentes países la están empleando para la generación de armas, que pueden ser utilizadas en las guerras.

Un ejemplo de lo anterior es que científicos del Ejército de Liberación de la República Popular de China aprobó un sistema de artillería guiada por un láser que, tras varios meses de prueba, puede alcanzar objetivos del tamaño de un blanco humano a 16 kilómetros de distancia.

Este sistema bélico utiliza la inteligencia artificial para identificar rápidamente los factores ambientales que influyen en la trayectoria, haciendo que sus proyectiles sean más precisos y, de esta manera, se ahorren recursos.

«La inteligencia artificial evoluciona rápidamente. Cada vez más investigadores aplican esta tecnología a los problemas de planificación de trayectorias», dijo el profesor Wang Jiang, del Instituto de Tecnología de Pekín, de acuerdo con un reportaje de South China Morning Post.

El chip, que debe tener un diseño sencillo, pues tiene que soportar condiciones sencillas, procesa igualmente una gran cantidad de datos. La IA tiene la capacidad de aprender de los datos recogidos en sus vuelos de prueba, tanto reales como en el laboratorio.

De acuerdo con los investigadores esta tecnología tiene el objetivo de que se ahorren millones de dólares en las guerras.

El año pasado, el ejército chino realizó diferentes pruebas, en las que lograron encontrar una gran precisión, tanto que destruyeron autos en movimiento. Hasta el momento, los proyectiles no alcanzan la velocidad ni la distancia que consiguen otros tipos de artillería.

«Ayudará a reducir las víctimas civiles y los daños en los edificios circundantes. Facilitará la reunificación y la reconstrucción tras la guerra», aseguraron los expertos, quienes, según el medio chino, señalaron que pueden ser utilizados en contra de Taiwán.

Fuente: entrepreneur.com