5 importantes descubrimientos científicos mexicanos que destacan pese a la escasa inversión

En México el talento sobra. Los científicos mexicanos están a la altura de cualquiera del mundo. En las universidades e institutos hay jóvenes y académicos que desarrollan los más innovadores inventos y descubrimientos, que sin embargo, cargan con un lastre: la falta de recursos.

En el principio del sexenio de Enrique Peña Nieto, la inversión en el área fue de 40%, sin embargo en 2016 se estancó y en 2017 hubo un recorte que ha puesto en peligro el desarrollo y la innovación científica.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México se encuentra muy por debajo del promedio de los países miembro en el rubro de ciencia y tecnología, y el gobierno electo poco ha propuesto al respecto.

“Se acerca la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador y a pesar del constante flujo de declaraciones, los temas científicos y tecnológicos permanecen al margen de su agenda informativa”, señala el medio especializado en economía Arena Pública.

Sin embargo, los esfuerzos, la creatividad y la perseverancia de los científicos, ingenieros y desarrolladores mexicanos ha logrado incluso trascender las fronteras mexicanas.

Construye casas con sargazo

El sargazo, la macro alga flotante que ha invadido algunas playas mexicanas, al punto de convertirse en una amenaza ecológica, ha sido utilizada por Omar Vázquez Sánchez, propietario del vivero Blue-green en Puerto Morelos, municipio ubicado en el Caribe Mexicano, para la construcción de casas.

Vázquez desarrolló un tipo de ladrillo hecho a base de la alga con el que construyó una casa, sin cemento, y que significó el ahorro del 40% en comparación con una casa de interés social; incluso la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sometió al inmueble a pruebas de resistencia, para determinar si podría resistir vientos de huracán y fuertes sismos.

Regeneran huesos de columna con cáscara de cangrejo

Científicos y estudiantes de la Universidad de Guadalajara experimentan con éxito la combinación de la quitosana (un biopolímero muy abundante presente en el caparazón de crustáceos e insectos desarrollado para su uso médico), en conjunto con minerales como la hidroxiapatita, para regenerar huesos en pacientes con daños en la columna o traumatismos.

Los resultados muestran que con esta combinación el hueso se consolida más rápido, mientras que con los implantes provenientes de bancos de hueso de cadáver existen riesgos y los importados son costosos.

El precio de este compuesto desarrollado por los universitarios es de alrededor de 5% de lo que valen los implantes de otros materiales, los cuales incluso pueden ser rechazados por el cuerpo o provocar alguna reacción.

Lluvia sólida

El ingeniero Sergio Rico creó hace algunos años esta sustancia que consta de un polvo que se disemina en los cultivos y que puede acumular el agua hasta por 40 días.

Como su empresa señala, la lluvia sólida es biodegradable, aumenta hasta cinco veces la productividad de los cultivos y permite ahorrar hasta 80% en costos, ya que se utiliza menos agua, fertilizante, energía y mano de obra.

Así que ante la escasez de agua en algunas zonas de México y el mundo, este invento podría ser una gran solución, aunado a que contribuye al cuidado del medio ambiente por la reducción importante en el uso de recursos naturales.

Ropa anti-infecciones hospitalarias

Científicos de Investigación en Química Aplicada y la Universidad de Guanajuato desarrollaron un “nanocompuesto antimicrobiano para textiles avanzados”, un material polimérico que se adhiere a telas para evitar el contagio de enfermedades, particularmente en los ambientes nosocomiales.

El proceso incluso “puede determinar en dónde colocar el nanocompuesto dentro de cada fibra, lo que permite eficientar el uso del nanocompuesto y reducir los costos”.

El beneficio adicional a las telas antibacterianas en el mercado, es que se puede colocar el componente al interior de cada fibra, lo que prolongaría su efectividad, incluso tras las lavadas.

Cubiertos comestibles

Los científicos del Instituto Politécnico Nacional, Adrián Quintero Gutiérrez, Javier Villanueva Sánchez, Guillermina González Rosendo y Víctor Alcántar Rodríguez, desarrollan cubiertos comestibles hechos a base de salvado de arroz, agua e ingredientes naturales.

Los especialistas han hecho múltiples pruebas hasta encontrar la textura ideal para usar con alimentos calientes y que al mismo tiempo aportan “diversos nutrientes como antioxidantes, aminoácidos esenciales, vitaminas B1, B2, B3, B6, B9 y E, sodio, potasio, calcio, magnesio, hierro, zinc, selenio y grasas mono y poliinsaturadas”.

Fuente: actualidad.rt.com