Los testículos podrían ser un reservorio viral del COVID durante varios meses
Se detectó que el patógeno continúa activo en la zona genital después de un largo periodo tras la infección, según un estudio de científicos de Brasil. Cómo afecta la sexualidad
Un estudio realizado en hombres fallecidos por complicaciones de COVID, que no estaban vacunados, sugiere que los testículos pueden ser un “santuario para el virus”, lo que genera dudas sobre las posibles consecuencias para la salud reproductiva de las personas infectadas.
La investigación, a cargo de Guilherme Costa, médico doctorado y profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais en Belo Horizonte, Brasil, descubrió que “los pacientes que se enferman gravemente presentan daños severos y pueden albergar el virus activo en los testículos”, es decir, que puede “servir como un santuario viral”, expresó Guilherme Costa.
El estudio, publicado por MedRxiv, detectó que el virus continuaba activo en los testículos del paciente después de un largo periodo de infección, lo que indica que el testículo puede mantener el virus viable durante periodos prolongados, “así como sucede con muchos tipos de virus en este tipo de órgano genital”, describió Guiherme Costa.
Si bien las consecuencias sobre COVID y fertilidad han sido motivo de discusión, hasta el momento los datos son escasos, expresó Brian Keith McNeil, médico y vicepresidente del Departamento de Urología de la Universidad de Ciencias de la Salud SUNY.
Para MCNeil esto abre varios interrogantes, uno de ellos es sobre si el COVID puede o no vivir en los testículos, pero teniendo en cuenta los resultados del estudio del doctor Costas, pareciera que sí. También plantea la duda sobre si el virus podría transmitirse a través del semen y el impacto que podría tener a largo plazo sobre la fertilidad de hombres y mujeres.
Los autores del estudio describieron que la evaluación testicular profunda de los pacientes que han sido infectados con COVID es fundamental porque la zona genital tiene una de las expresiones más altas de receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2), que juegan un papel importante en la entrada del virus a las células.
“Una influencia directa del SARS-CoV-2 en las células testiculares podría desregular la ACE2, elevando los niveles de angiotensina II, un potente péptido proinflamatorio y angiogénico”, explican los autores. En 2021 los investigadores del equipo dirigido por Costa inscribieron a 11 pacientes masculinos fallecidos por complicaciones de COVID, ninguno había sido vacunado. Los 11 pacientes ingresaron en la unidad de cuidados intensivos con síntomas pulmonares graves. Todos, excepto uno de los pacientes, tenían hijos y ninguno tuvo síntomas o molestias en el escroto durante su estadía en el hospital. Sus historias clínicas no revelaron alteraciones testiculares.
El equipo de investigadores brasileños cambiaron el método para detectar el virus en los testículos ya que el método tradicional de PCR no arroja resultados claros. Por ese motivo modificaron el protocolo y usaron nanosensores. Observaron que el COVID “tiene un enorme tropismo por los testículos en este contexto”, explicó Costas, esto quiere decir que observaron un cambio. Además, se detectó que los macrófagos y las células germinales estaban altamente infectadas. Este es un hallazgo muy importante porque una célula inmunitaria, que se supone que combate el virus, está infectada en el tejido, esto significa que la célula germinal, responsable de la producción de esperma, se infecta. Como menciono Costas, entre otros autores, esto reabre las preocupaciones sobre la presencia de COVID en el semen.
Nuevos hallazgos
El mismo equipo también reveló que los testículos son un buen lugar para la replicación viral, lo que mostró que cuanto más larga es la condición severa, menor es el número de células germinales sobrevivientes que se encontraron. También hallaron que hubo fluctuación en varios genes testiculares esenciales y que los niveles de testosterona intratesticular se redujeron 30 veces más en los testículos de pacientes con COVID.
La calidad del esperma puede verse afectada durante meses en algunos hombres después de la recuperación de COVID-19, descubrieron los investigadores del equipo dirigido por el doctor Costas, donde estudiaron muestras de semen obtenidas de 120 hombres belgas con una edad promedio de 35 años, en un promedio de 52 días después de que los síntomas de COVID se hubieran resuelto.
El estudio, publicado en Fertility and Sterility, reveló que el semen en sí no era infeccioso. Pero entre 35 hombres que proporcionaron muestras durante un mes después de la infección, las reducciones en la motilidad de los espermatozoides fueron evidentes en un 60% y los recuentos de espermatozoides se redujeron en un 37%.
Entre 51 hombres evaluados entre uno y dos meses después de la recuperación, el 37% tenía motilidad de esperma reducida y el 29% tenía recuentos de espermatozoides bajos. Y entre 34 hombres que proporcionaron muestras de semen al menos dos meses después de la recuperación, la motilidad de los espermatozoides se vio afectada en el 28% y el conteo de espermatozoides fue bajo en el 6%. La gravedad de la infección por COVID-19 no se correlacionó con las características de los espermatozoides.
“Se debe advertir a las parejas que desean un embarazo que la calidad del esperma después de la infección por COVID puede ser subóptima”, concluyeron los investigadores, quienes explicaron que si bien se continúan realizando más estudios de seguimiento para confirmar y determinar si se produjo un daño permanente (en una minoría de hombres), el tiempo de recuperación estimado es de 3 meses.
El daño testicular
“Los resultados arrojados por el grupo de instigadores enfatizan la importancia del daño testicular en casos graves de COVID-19″, expresó Rafael Kroon Campos, doctor y becario postdoctoral en el Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Texas. Señaló además que “también se ha demostrado que otros virus infectan o causan daño testicular u orquitis, como el zika, el ébola”. De ambos virus se ha demostrado la transmisión sexual.
“Algunos informes encontraron evidencia de ARN viral en el semen, pero estos fueron casos raros. El estudio de Costa y sus colegas utilizó una combinación de técnicas sensibles y pudo detectar una pequeña cantidad de ARN viral y proteína viral en el tejido testicular de los fallecidos pacientes, además de mostrar fábricas virales que indican la replicación del virus por microscopía electrónica”, explicó Kroon Campos, para quien, además, los hallazgos son particularmente importantes y preocupantes debido a la gran cantidad de casos graves de COVID-19.
“Es fundamental continuar investigando el impacto de la enfermedad en los testículos, incluido el impacto de diferentes variantes de preocupación sobre el daño testicular”, concluyó Kroon Campos.
Fuente: infobae.com