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Los pulmones reparan los daños genéticos del tabaco cuando se deja de fumar

Descubren un grupo de células que se encargan de reparar en parte el epitelio pulmonar en los exfumadores

Nunca es tarde para dejar de fumar. Abandonar el consumo de tabaco a cualquier edad resulta beneficioso para la salud, puesto que no solo disminuye la acumulación de daños en el ADN, sino que, además, según un estudio del Wellcome Sanger Institute y del University College London (UCL), despierta a un grupo de células, hasta ahora desconocidas, que parecen ejercer un efecto protector contra e l cáncer .

Estas células, que no han sido dañadas por la exposición al tabaco, podrían encargarse de regenerar de forma parcial los pulmones, lo que podría ayudar a explicar por qué abandonar este hábito reduce el riesgo de desarrollar un tumor pulmonar

En un estudio que se publica en Nature, los investigadores británicos apuntan que el riesgo de los exfumadores de tener tumores se reduce en comparación con el que tienen los fumadores. Y que esa reducción del riesgo es directamente proporcional al tiempo que haga que no se fuma; es decir, cuantos más años sin tabaco, la probabilidad de desarrollar un tumor es mucho menor.

Ese descubrimiento, teniendo en cuenta que el de pulmón es la primera causa de muerte por cáncer en el mundo y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1,8 millones de personas mueren al año por esta enfermedad, arroja luz sobre la biología de este tipo de tumores y abre la puerta a que, en un futuro, se pudieran desarrollar formas para potenciar esa población de células con capacidad protectora en los exfumadores.

Para comprender mejor los efectos del tabaco a nivel celular, los investigadores analizaron biopsias de pulmón de células epiteliales de los bronquios de 16 individuos: tres fumadores, seis exfumadores, cuatro personas que nunca habían fumado y tres niños. En total, secuenciaron el ADN de 632 células individuales y obtuvieron un patrón de las mutaciones genéticas.

Los autores vieron que las células de todos los individuos, incluidos quienes nunca habían fumado, presentaban mutaciones como consecuencia simplemente de envejecer. Fueron capaces incluso de cuantificarlas en función de la edad y hallaron que, por cada año más de vida, las células sanas acumulaban unas 22 mutaciones adicionales.

También observaron que, como era de esperar, los fumadores presentaban la mayor cantidad de mutaciones, pero -y esto fue una sorpresa- que el tabaco no afectaba por igual a todas sus células, sino que había una gran heterogeneidad: algunas podían acumular 1000 mutaciones y otras llegar a 10.000. Además, vieron que más del 25% de las células dañadas por el tabaco tenían al menos una mutación conductora, que suele asociarse a la proliferación de tumores, lo que explica por qué el riesgo de pulmón en los fumadores es más elevado que en los no fumadores.

Aunque no todas las personas que fuman desarrollan cáncer de pulmón, entre el 80 y el 90% de los tumores pulmonares están causados por el tabaco. De hecho, los fumadores tienen un riesgo hasta 30 veces superior que los no fumadores de desarrollar esta enfermedad.

Para Ernest Nadal, oncólogo especialista en cáncer de pulmón del Servicio de Oncología Médica del Institut Català d’Oncologia (ICO) L’Hospitalet, que no ha participado en este trabajo, “hasta ahora pensábamos que la acumulación de mutaciones en un mismo enfermo era más homogénea y este trabajo demuestra que las distintas células luchan de manera distinta contra el daño causado por el tabaco. Es probable que las que tienen las condiciones más desfavorables, porque están lejos de los vasos sanguíneos o reciben menos aporte de nutrientes, no tienen la misma capacidad de repararse y acumulan más mutaciones”.

Otro de los hallazgos clave de este trabajo es que los investigadores descubrieron que los exfumadores tenían un grupo de células en el epitelio del pulmón que no presentaban daños genéticos, como si no hubieran sido afectadas por el tabaco. Al analizarlas, vieron que esas células que parecía que hasta ese momento hubieran estado ‘dormidas’ eran genéticamente equivalentes a las de los no fumadores. Y vieron que los exfumadores tenían cuatro veces más cantidad de esas células sin daños que los fumadores.

Cómo esas células han logrado eludir los daños provocados por el tabaco y no presentan mutaciones como sus vecinas, se desconoce. Tampoco se comprende por qué comienzan a proliferar después de que la persona abandone el tabaco y a regenerar, en parte, el epitelio pulmonar.

Por qué nunca es demasiado tarde para dejar de fumar

  • En los no fumadores: casi el 100% de las células son casi normales.
  • En los fumadores: solo entre el 4 y el 10% células son casi normales y han logrado escapar de los tóxicos del tabaco. Entre el 90 y el 96% tienen hasta 10.000 mutaciones extra en comparación con los no fumadores.
  • Los exfumadores: el porcentaje de células casi normales oscila entre el 20 y el 40%. Por tanto, tienen hasta cuatro veces más células casi normales que los fumadores. Esas células los investigadores consideran que se pueden despertar cuando la persona deja de fumar y empezar a reparar en parte los pulmones para protegerlos frente al cáncer.

Fuente: Wellcome Sanger Institute y University College London

“Gente que ha fumado mucho durante 30, 40 o más años a menudo cree que es demasiado tarde para dejar de fumar, que el daño ya está hecho”, explica Peter Campbell, autor senior del trabajo e investigador del Wellcome Sanger Institute.

“Nuestro estudio demuestra que nunca es tarde para dejarlo. Algunas personas del estudio habían fumado más de 15.000 cajetillas de cigarros durante toda su vida, pero unos años después de dejarlo, muchas células del epitelio de sus vías respiratorias no mostraban signo alguno de daños por el tabaco”, añade.

“Quince años después de que una persona haya dejado de fumar tiene un riesgo de padecer cáncer de pulmón igual que una persona que nunca haya fumado”, destaca Esteve Fernández, director de Epidemiología, Prevención y Control del Cáncer del ICO.

Aunque el riesgo de cáncer disminuye, otros riesgos asociados a fumar, como la probabilidad de desarrollar un enfisema pulmonar, de enfermedad cardiovascular, fibrosis, y otros cánceres, siguen ahí. “El tabaco es una causa muy importante de cáncer en general. Se tiene que dejar cuanto antes o mejor aún no empezar nunca a fumar”, destaca Fernández.

Fuente: lavanguardia.com