Hallan cómo revertir la pérdida de memoria en ratones viejos

Un estudio de la Universidad de Columbia, en Nueva York, Estados Unidos, realizado en ratones revela nuevos detalles sobre cómo una hormona ósea natural revierte la pérdida de memoria en el cerebro envejecido. Estos hallazgos sobre la hormona, llamada osteocalcina, pueden generar más investigaciones sobre la maquinaria molecular que subyace en la memoria y cómo puede manipularse esta maquinaria para mejorarla.

La investigación, publicada en ‘Cell Reports’, también brinda una nueva perspectiva sobre cómo los cambios en el estilo de vida que afectan al cuerpo, como el ejercicio, podrían afectar de manera positiva al cerebro. El equipo fue dirigido por el galardonado con el Premio Nobel Eric R. Kandel.

“Casi todos experimentarán la pérdida de memoria relacionada con la edad en sus vidas, por lo que es increíblemente importante entender sus causas e identificar formas de mitigarla”, destaca el doctor Kandel, profesor universitario y profesor de Ciencia Cerebral Kavli, así como codirector del ‘Mortimer B. Zuckerman Mind Brain Behavior Institute’ de Columbia.

“Con el estudio de hoy, no solo estamos construyendo una comprensión detallada de cómo la pérdida de memoria relacionada con la edad se origina en el cerebro, sino que también mostramos cómo la osteocalcina interactúa con proteínas clave en el cerebro para aumentar la memoria”, agrega este experto.

Durante muchos años, la pérdida de memoria fue tratada como un trastorno singular, pero los científicos comenzaron a darse cuenta de que no todas las formas de pérdida de memoria son iguales. La enfermedad de Alzheimer cambia el cerebro de maneras distintas que la pérdida de memoria relacionada con la edad, un trastorno de la memoria más leve, aunque mucho más común. Aunque tanto la enfermedad de Alzheimer como la pérdida de memoria asociada a la edad afectan al hipocampo, la sede del cerebro para el aprendizaje y la memoria, cada una de ellas se centra en un área completamente diferente dentro de esa región.

“La enfermedad de Alzheimer comienza en una parte del cerebro llamada corteza entorrinal, que se encuentra al pie del hipocampo”, afirma el doctor Kandel, quien también es investigador principal en el Instituto Médico Howard Hughes. “La pérdida de memoria relacionada con la edad, por el contrario, comienza dentro del hipocampo mismo, en una región llamada el giro dentado”.

En 2013, el doctor Kandel y su equipo descubrieron otra diferencia entre los dos trastornos: una deficiencia en la proteína RbAp48 contribuye significativamente a la pérdida de memoria relacionada con la edad, pero no a la enfermedad de Alzheimer. Las investigaciones han demostrado que los niveles de RbAp48 disminuyen con la edad, tanto en ratones como en personas. Los científicos encontraron que esta disminución se puede contrarrestar; cuando aumentaron artificialmente RbAp48 en el giro dentado de ratones envejecidos, los recuerdos de los animales mejoraron.

En 2017, los investigadores detectaron otra forma de mejorar los recuerdos de los ratones. Trabajando con Gerard Karsenty, profesor y catedrático de Genética y Desarrollo en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, los científicos encontraron que infusiones de osteocalcina, una hormona normalmente liberada por las células óseas, tuvieron un efecto positivo en la memoria.

La interacción entre dos moléculas, impulsora de mejoras en la memoria

El estudio de hoy conecta la osteocalcina y la RbAp48, lo que sugiere que el impulsor clave de las mejoras de la memoria está en la interacción entre estas moléculas. En una serie de experimentos moleculares y de comportamiento, el equipo encontró que RbAp48 controla los niveles de expresión de BDNF y GPR158, dos proteínas reguladas de la osteocalcina. Esta cadena de eventos parece ser crítica; si se inhibe la función RbAp48, las infusiones de osteocalcina no tienen efecto en la memoria de los animales. La osteocalcina necesita RbAp48 para iniciar el proceso.

Esta compleja secuencia de señales moleculares es completamente diferente de las asociadas con la enfermedad de Alzheimer. “Esta es la evidencia más clara hasta ahora de que la pérdida de memoria relacionada con la edad y la enfermedad de Alzheimer son enfermedades distintas”, sentencia el doctor Kandel.

Estos hallazgos también proporcionan evidencia adicional a favor de cuál puede ser la mejor manera de evitar, o incluso tratar, la pérdida de memoria relacionada con la edad en las personas: el ejercicio. Los estudios en roedores realizados por el equipo del doctor Karsenty han demostrado que el ejercicio moderado, como caminar, desencadena la liberación de osteocalcina en el cuerpo. El doctor Kandel propone que, con el tiempo, la osteocalcina pueda llegar al cerebro, donde se encuentra con RbAp48. Eventualmente, esto podría tener un efecto positivo a largo plazo en la memoria y el cerebro.

“Esta noción apunta a otra línea de investigación que estamos ansiosos por explorar, que es cómo el cuerpo envejecido actúa sobre el cerebro envejecido y cómo se puede revertir”. El doctor Kandel afirma: “Nuestros últimos hallazgos casi seguramente no son la historia completa. Son solo el comienzo”.

Fuente: infosalus.com