Dividen el hígado de un menor para trasplantarlo a niña de 13 años y a un bebé de 8 meses
El hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha realizado con éxito un trasplante hepático realizado por el procedimiento ‘split’, que consiste en dividir el hígado del donante -menor de edad- para obtener injertos completamente funcionales para dos receptores, en este caso una niña de 13 años y un bebé de 8 meses. Ambos estaban en una situación crítica que solo se podía resolver con un trasplante.
El responsable del servicio de cirugía hepatobiliopancreática y trasplantes del hospital Vall d’Hebron, Ramón Charco, ha explicado este martes que “el trasplante hepático split es un procedimiento quirúrgico muy complejo y reservado para casos excepcionales que requieren un nivel alto de experiencia”.
El trasplante se hizo a dos niñas, Naroa, de 13 años, procedente del País Vasco, que sufría una enfermedad metabólica que la obligaba a seguir una dieta muy restrictiva en proteínas y un hepatocarcinoma (cáncer de hígado), y Roma, de 8 meses y vecina de Terrassa (Barcelona), que sufría el síndrome de Alagille, una enfermedad rara que le había provocado una cirrosis hepática irreversible.
La intervención, que se realizó el pasado mes de julio, requirió un equipo de 30 profesionales: un médico y una enfermera se desplazaron a otra comunidad autónoma para la extracción del órgano del donante menor de edad y traerlo hasta Vall d’Hebron para ser dividido en dos partes.
“Mientras se realizaba la división del hígado, simultáneamente, se preparaba a las dos niñas para recibir el órgano y se reducía así el tiempo de isquemia”, ha apuntado el médico adjunto a la unidad de gastroenterología, hepatología, apoyo nutricional y trasplantes hepáticos pediátricos de Vall d’Hebron, Jesús Quintero.
Las niñas evolucionan favorablemente
El trasplante hepático ‘split’ sólo se había hecho una vez en el hospital Vall d’Hebron, en año 2002 y, el mismo día que se intervino a Naroa y Roma se hicieron 14 trasplantes más, “uno de los días de más actividad en trasplantes”, ha asegurado el coordinador de trasplantes, Alberto Sandiumenge.
Naroa ha recibido el alta hospitalaria tras siete días de ingreso en el hospital y “ya puede comer carne y embutidos”, ya que antes “sólo comía fruta, verdura y alimentos químicos sin proteína, lo que le condicionaba la vida”.
En el caso de Roma, Charco ha señalado que, “al ser más pequeña (8 meses) el tiempo de recuperación es más lento” y que se le implantó “la parte pequeña del hígado dividido, pero aún así era demasiado grande para su cuerpo y tuvo que estar unos días con la herida abierta antes de poder cerrarla”, aunque ha asegurado que “pronto” le darán el alta.
“Le habéis devuelto la vida a mi hija”, ha manifestado emocionada la madre de Naroa, Josefi, y ha animado a los niños que están en lista de espera a no perder la esperanza: “Algún día van a recibir esta llamada”, ha dicho.
La madre de Roma, Vanesa, ha dicho por su parte que “aquí solamente hay un héroe, que es el donante” y ha agradecido el trato a todo el equipo médico del hospital.
El primer trasplante en 1985
Vall d’Hebron realizó el primer trasplante de hígado pediátrico de España en 1985 y ha sido pionero en hacer el primer ‘split’ para receptores adulto y niño, y en reducir un hígado para implantarlo a un paciente.
Además, es el segundo centro del Estado en número de trasplantes de este tipo (12-14 por año) y registra la mejor tasa de supervivencia respecto a los demás centros, según ha informado este centro hospitalario barcelonés.
Actualmente hay diez menores en lista de espera para trasplante de hígado y, según Quintero, “entre el 30 y 40% de los trasplantes de hacen con donantes vivos, lo que pone en riesgo a la persona que dona”, por lo que les gustaría que este porcentaje “no fuera tan alto ya que “siempre es mejor aprovechar un donante cadavérico”.
Asimismo, el cirujano ha recordado que “el éxito de los trasplantes no lo marca el índice de supervivencia, sino que los niños y niñas puedan hacer vida normal”.
Fuente: EFE