Descubren virus en los océanos que podrían dar pistas sobre el origen del herpes
Un grupo de investigadores encontró un nuevo grupo de virus, que bautizaron mirusvirus, que viven en los océanos e infectan el plancton. Los científicos indicaron que hay indicios de que parece haber una historia evolutiva compartida entre estos virus y el virus del herpes
Un grupo de científicos descubrió un nuevo grupo de virus, que están en los océanos iluminados por el sol e infectan al plancton. Los bautizaron “mirusvirus”. El biólogo Tom Delmont, investigador del Centro Nacional de Investigación Científica francés (CNRS) y autor principal del estudio publicado en la revista Nature, describió que “se tratan de virus quiméricos, a medio camino entre los virus gigantes, también abundantes en los océanos, donde solo infectan a organismos unicelulares, y los virus herpes, que solo infectan a animales”.
El hallazgo lo hicieron a través de la lectura de 300.000 millones de muestras de la superficie oceánica de las expediciones Tara Oceans. Los mirusvirus, señalaron los investigadores, son parientes de los herpesvirus, una familia de virus ADN que infectan animales. En el caso del estudio recién publicado, los virus descritos infectan el plancton, una “comunidad de organismos acuáticos vivos que existen tanto suspendidos en la columna de agua o flotando cerca de la superficie”, como explica el Museo de Historia Natural de San Diego.
“Los mirusvirus comparten rasgos funcionales complejos y están muy extendidos en los océanos iluminados por el sol, donde infectan activamente a los eucariotas, llenando un vacío crítico en nuestra comprensión ecológica del plancton”, escribieron los científicos.
La naturaleza “quimérica” que caracterizó Delmont se refiere a que este tipo de virus parece compartir genes de dos grupos más grandes de virus. Los investigadores explican que, aunque los mirusvirus pertenecen a la categoría más grande de virus llamados Duplodnaviria, también tienen características de aquellos del grupo de virus ‘gigantes’, llamados Varidnaviria.
“Parecen ser un grupo de virus extremadamente inusual”, indicó al portal Live Science Delmont. “Por eso los consideramos quiméricos, porque son una mezcla de dos grupos diferentes de virus: por un lado los herpesvirus, basados en los genes de las partículas, y por otro los virus gigantes, basados en muchos más genes”.
En el artículo, los investigadores explican que la mayoría de virus de ADN de doble cadena se clasifican en los dos grandes reinos de Duplodnaviria y Varidnaviria. “Ambos reinos están representados en todos los ámbitos de la vida, y se cree que sus respectivos ancestros se remontan al último ancestro celular universal”, anotaron los científicos.
Aunque lo cierto es que los virus suponen una amenaza para la salud de los plancton individuales, se cree que benefician al ecosistema en general. Cuando estos mueren, contribuyen al flujo de carbono y nutrientes a través del océano. “Los virus son un componente muy natural del plancton en la superficie del océano”, explicó a Live Science Delmont. “Van a destruir muchas, muchas células cada día y esto va a liberar nutrientes, partículas dentro de las células que van a ser utilizadas por otras células para estar activas y sanas”.
El biólogo agregó que es probable que los mirusvirus tengan una respuesta (o pista) sobre el origen de los virus del herpes. Los investigadores identificaron que los genes que codifican la cubierta protectora que rodea al ADN del virus son sorprendentemente similares en ambos grupos (mirusvirus y virus del herpes).
“Esto significa que hay una historia evolutiva compartida entre los herpes, que infectan solo a animales, y los mirusvirus que están por todas partes en el océano, donde infectan a organismos unicelulares. Todo esto apunta a un origen planctónico del herpes”, dijo Delmont a Live Science.
En general, los científicos indicaron que este descubrimiento es un recordatorio de que queda mucho por comprender de la complejidad de incluso los virus de ADN más abundantes en ecosistemas clave como los océanos y mares.
Fuente: elespectador.com