Descubren un potencial antídoto contra el botulismo, el mayor tóxico conocido
Investigadores del Centro de Investigación Botulinum en el Instituto de Ciencias Avanzadas (Estados Unidos) han identificado un compuesto que inhibe la neurotoxina botulínica, el compuesto más tóxico conocido, y que podría usarse como tratamiento para reducir la parálisis inducida por botulismo.
De acuerdo con los hallazgos de los investigadores, publicados en la revista Applied and Environmental Microbiology, ese compuesto, nitrofenil psoraleno (NPP, por sus siglas en inglés), consigue inhibir la neurotoxina botulínica, que hasta ahora se considera un posible arma biológica porque no existe un antídoto aprobado.
En su investigación, el primer paso de los investigadores fue identificar la enzima dentro de la neurotoxina botulínica que daña las neuronas, causando parálisis. Luego examinaron una biblioteca que contenía más de 300 compuestos naturales de extractos de plantas medicinales indias, buscando enzimas que pudieran neutralizar la actividad dañina de las neuronas.
“Al utilizar el cribado de alto rendimiento, identificamos uno de los compuestos, el nitrofenil psoraleno, que tiene una actividad particularmente fuerte contra la enzima que daña las neuronas”, explica el autor correspondiente, Bal Ram Singh, PhD, profesor y director del Centro de Investigación Botulinum.
Después, probaron la actividad de la NPP in vitro y en cultivos celulares contra la neurotoxina botulínica tipo A, que es el serotipo más potente de toxina botulínica. La NPP tipo A tenía una potente actividad de toxina anti-botulínica, con baja toxicidad para las células humanas. “El NPP también mostró actividad para revertir la parálisis muscular del ratón inducida por la neurotoxina botulínica tipo A”, añade Singh.
Aunque hay menos de 200 casos de botulismo en todo el mundo, anualmente “cuestan más que los millones de brotes de salmonela que ocurren, lo que hace que el botulismo sea la forma más costosa de intoxicación alimentaria”, asegura Singh.
La toxina botulínica es producida por Clostridium botulinum, una bacteria del suelo difícil de matar. Las esporas, por ejemplo, pueden sobrevivir si se hierven. El botulismo se puede adquirir a través de otras vías distintas de la intoxicación por alimentos, como la contaminación de heridas y la colonización de los tractos digestivos de niños y bebés.
Fuente: 20minutos.es