En pos de turbinas eólicas en mar abierto para alimentar de energía al planeta entero

De acuerdo con el Consejo Global de Energía Eólica, un agricultor de Iowa que usa una décima de hectárea para una turbina eólica podría ganar alrededor de $ 10.000 USD al año, en comparación con los US $ 300 que ganaría usando la misma área para cultivar maíz para etanol. La energía que producen las turbinas eólicas, cuyas aspas movilizadas por el viento convierten sus giros en electricidad, no solo es rentable económicamente, también lo es ambientalmente: Brasil, por ejemplo, llamado a la protección de ecosistemas como el amazónico y a la lucha contra el calentamiento global, ha recortado en cerca de 5,5 millones de toneladas métricas sus emisiones anuales de CO2. Aunque la energía eólica aún representa tan solo el 3,7% de la consumida globalmente, no es de extrañar que se proyecte que regiones como Europa tengan hacia 2020 unas 520.000 turbinas operando (China, con 105.000 actualmente, concentra el 43% de las instalaciones en todo el mundo).

¿Estamos entonces tomando el rumbo correcto? Una investigación de científicos del Instituto Carnegie para la Ciencia afirma que sí: si bien aún no existen parques eólicos de mar abierto a escala comercial, las observaciones del equipo sugieren que tales tecnologías, “si se hicieran técnicamente y económicamente viables, podrían potencialmente proporcionar energía a escala de civilización”. Así es: no dependeríamos de otras fuentes de energía.

Debido a que las velocidades del viento son más altas en promedio sobre el océano que sobre la tierra, las turbinas eólicas en el mar abierto podrían, en teoría, cosechar más de cinco veces más energía que las turbinas eólicas sobre la tierra.

Para probarlo, Anna Possner y Ken Caldeira, quienes firman el trabajo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, emplearon sofisticadas herramientas de modelado, comparando la productividad de los grandes parques eólicos de Kansas con los grandes parques eólicos oceánicos. Descubrieron que en algunas zonas los parques eólicos oceánicos podían generar al menos tres veces más energía que los de tierra.

En el Atlántico Norte, en particular, el arrastre sobre las turbinas no ralentizaría los vientos tanto como lo harían en tierra, en gran parte debido a que grandes cantidades de calor desembocan en el Atlántico Norte y en la atmósfera que lo recubre, especialmente durante el invierno.

No obstante, se trata de un potencial estacional: mientras estos parques eólicos podrían proporcionar suficiente energía para satisfacer todas las necesidades actuales de la civilización, en el verano estas instalaciones tan solo alimentarían a Europa o Estados Unidos.

Actualmente, la producción de energía eólica con turbinas en el océano abierto está en una etapa de incipiente comercialización, pero este estudio debería incentivar al desarrollo de más tecnologías y emprendimientos en el sector que abaraten las operaciones de futuras granjas de energía en medio del mar.

Fuente: N+1