Las muertes por sarampión descienden a un nivel récord en el mundo

Por primera vez en la historia, las muertes anuales a nivel global por sarampión descendieron a menos de 100.000 en 2017, según anunció la Organización Mundial de la Salud. Apenas en la década de los ochenta, el sarampión mataba a 2,6 millones de personas anualmente.

La reducción —un triunfo de salud pública, ya que el sarampión ha sido durante mucho tiempo uno de los principales asesinos de los niños desnutridos— se logró gracias a un amplio plan de vacunación a partir de donaciones que comenzó a principios de los años 2000.

La cantidad estimada de muertes descendió a 89.780 en 2016, pero la OMS divulgó la cifra recién el último octubre.

Las vacunas contra el sarampión fueron inventadas en los años sesenta. Desde el año 2000 se han administrado 5500 millones de dosis, de acuerdo con Gavi, la organización con sede en Ginebra a través de la cual la mayoría de los donantes apoyan el esfuerzo de vacunación. El grupo trabaja con la OMS, Unicef, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), la Cruz Roja de Estados Unidos, la Fundación de las Naciones Unidas y otros.

Muchos países en vías de desarrollo que primero implementaron las campañas masivas de vacunación con ayuda de donaciones ahora las están comprando para continuar la vacunación de rutina de los niños.

“Lamentablemente, este excelente progreso está en riesgo de ser socavado por una baja cobertura no solo en muchos países en vías de desarrollo, sino también en algunas naciones ricas”, dijo Seth Berkley, director ejecutivo de Gavi, en la carta de fin de año.

Debido a lo contagioso del sarampión —un niño puede infectar a otros 12 en un salón o un patio de juegos incluso antes de que aparezcan las erupciones, el síntoma que lo delata—, los brotes en cualquier comunidad o escuela solo pueden prevenirse si la vacunación se lleva a tasas del 95 por ciento.

En varios países aparecen brotes. Este año murieron más de 30 niños de sarampión en Rumania y en los últimos dos meses los CDC emitieron alertas de viaje de Vigilancia Nivel 1 respecto de brotes de sarampión en Reino Unido, Grecia, República Democrática del Congo, Rumania, Italia, Indonesia y Ucrania (las alertas invitan a los viajeros a “tomar las precauciones normales”, lo que significa vacunarse antes de partir).

El brote de sarampión en Disneyland de 2014-2015 condujo a California a aprobar nuevas leyes muy estrictas que requieren vacunación. Las tasas de vacunación entre los niños del sur de California cuyas edades oscilan entre los 5 y los 6 años están ahora cerca del 98 por ciento.

En los países ricos, las muertes por sarampión son raras: solo cerca de un caso en 5000 casos resulta mortal. Algunas complicaciones más comunes son la encefalitis, que puede provocar daño cerebral en cerca de uno de cada 1500 casos de sarampión, y la neumonía, que se presenta en cerca de uno de cada 16 casos. Aproximadamente uno de cada doce niños con sarampión adquirirá una infección de oído relacionada y, en algunos casos, les provocará sordera.

En embarazadas no vacunadas, el virus puede matar al feto y provocar un aborto.

Esta enfermedad mata hasta a un seis por ciento de los niños desnutridos en los países pobres, según cálculos de la OMS, y hasta a un 30 por ciento en algunos brotes entre refugiados. La mitad de los niños sin vacunar del mundo viven en seis países: el Congo, Etiopía, India, Indonesia, Nigeria y Pakistán.

Fuente: The New York Times