Investigadores identifican posibles tratamientos contra el zika
Los científicos tendrán que validar sus resultados en modelos animales y en última instancia, en personas
Científicos han identificado varias terapias potenciales para tratar el virus del zika entre 6 mil medicamentos que ya están disponibles comercialmente o en fase de prueba clínica, de acuerdo con un nuevo estudio.
Científicos han identificado varias terapias potenciales para tratar el virus del zika entre 6.000 medicamentos que ya están disponibles comercialmente o en fase de prueba clínica, de acuerdo con un nuevo estudio.
La investigación, publicada el lunes en la revista Nature Medicine, podría ayudar al descubrimiento de medicamentos para combatir el zika y prevenir los trastornos neurológicos asociados al contagio, incluyendo microcefalia, una condición en la que los bebés nacen con un cerebro anormalmente pequeño.
El nuevo documento identifica una docena de sustancias, incluyendo un medicamento utilizado por mucho tiempo para tratar infecciones parasitarias y que suprime la replicación del patógeno. Otra molécula, actualmente en ensayos clínicos de enfermedades hepáticas, evita que las células cerebrales mueran después de ser expuestas al zika, un resultado potencialmente importante dados los defectos en los cerebros de fetos asociadas con el virus.
El estudio también sugiere que la combinación de estas dos clases de compuestos podría ser la forma más eficaz de tratar el zika.
Simplemente prevenir la muerte celular podría dar lugar a una infección crónica, por lo que también es importante evitar que el virus se replique, dijo Mariano García Blanco, virólogo de la división médica de la Universidad de Texas en Galveston, quien no participó en la investigación.
Los medicamentos rara vez son probados en mujeres embarazadas antes de salir al mercado, por lo que no se sabe si los nuevos resultados ayudarán a las madres y sus fetos directamente, según expertos.
El equipo probó los fármacos en células madre y en los llamados organoides cerebrales, que son minireconstrucciones del cerebro en desarrollo. Los científicos tendrán que validar sus resultados en modelos animales y en última instancia en personas.
Fuente: WSJ / Daniela Hernández