Fetos, arañas y pornografía contra Ina, la periodista “aplastada” por criticar al CEO de Ebay

Ina publicó un artículo crítico con Ebay y directivos de la empresa tomaron represalias. Fue sometida a una brutal campaña de acoso que incluye envíos de cucarachas, de una máscara de cerdo ensangrentada y anuncios sexuales en portales de contactos con la dirección de su casa. Hay seis personas imputadas, dos de ellas tenían un cargo de “director” en la multinacional. Todos ellos han sido despedidos

“Los ejecutivos de Ebay no estaban descontentos con la información, estaban furiosos. Uno de esos ejecutivos dijo que quería, literalmente, ‘aplastar’, a esa señora. El resultado es (presuntamente) una campaña sistemática alimentada por una de las 500 mayores empresas del mundo para aterrorizar psicológica y emocionalmente a una pareja de mediana edad con el objetivo de desincentivarles de escribir cosas ‘malas’ en Internet sobre Ebay”.

Estas son las palabras con las que la fiscalía ha presentado el caso contra seis exempleados de Ebay, dos de ellos con el cargo de director en el momento que sucedieron estos hechos, que llevaron a cabo una “campaña de acoso e intimidación” la periodista Ina y su esposo.

El detonante se produjo en agosto del pasado 2019 cuando Ina publicó este artículo en eCommerce Bytes. Se trataba de columna en la que analizaba las implicaciones de un proceso judicial en el que Amazon e Ebay se encontraban inmersos y en la que criticaba a a Devin Wenig, que en aquel momento ocupaba el cargo de CEO de eBay.

Las conversaciones entre directivos recogidas en la imputación revelan que Ina, periodista y editora de eCommerce Bytes, ya se encontraba en el punto de mira de algunos directivos de la compañía. Desde la cúpula habían planeando intentar acallar a la periodista con prácticas intimidatorias dirigirle una carta manuscrita con amenazas. Algo que nunca hicieron. Sin embargo, tras leer el artículo de Ina antes citado, su venganza fue todavía más cruel: la pareja y su marido recibieron paquetes intimidatorios, amenazas, acoso digital y un sinfín de tácticas que buscaban su desprestigio personal y profesional.

Según relató un portavoz de la fiscalía en rueda de prensa, “los envíos incluyeron larvas de mosca, arañas vivas, una caja de cucarachas vivas, una tarjeta para mostrar su simpatía por la muerte de un ser querido, un libro de consejos sobre cómo sobrevivir a la muerte de un esposo. Pornografía enviada a sus vecinos de la casa de al lado [a los de Ina y su marido] pero a nombre de la pareja. Una máscara de cerdo ensangrentada (de las que se usan en Halloween) y un feto de cerdo, que fue enviado pero que después de que el distribuidor hiciese preguntas nunca llegó a entregarse”.

Además, Ina apareció en anuncios de índole sexual en Craiglist (el portal de compraventa de productos y servicios más popular en EEUU) como uno que reza “pareja madura busca solteros y otras parejas para explorar tríos, bdsm y travestismo. Somos profesionales que queremos pasarlo bien en casa”. El mensaje estaba acompañado de la dirección de su vivienda.

Lejos de tratase de un caso aislado, variantes de este tipo de anuncios fueron recurrentes. Otros ejemplos incluyen que su casa se encontraba a la venta o que su vivienda albergaba macrofiestas a las que se invitaba a todo el vecindario.

Un plan de acoso orquestado en tres fases

Según las investigaciones, el artículo de Ina sobre el litigio entre Amazon y Ebay fue la gota que colmó el vaso dentro de la empresa. Sentó muy mal entre el CEO de Ebay y otros directivos de esta empresa.

El escrito de imputación recoge que “Ejecutivo 1” y “Ejecutivo 2” intercambiaron mensajes de en los que se habla de “tumbar su sitio web” [el medio de Ina], se la acusa de ser un “troll”, de “quemarla hasta los cimientos”, de “aplastarla” y de “derribarla”. Unos mensajes que se intercambiaron tanto antes como después de que la columna de la periodista fuese publicada.

“La orden de hacer algo al respecto se remonta muy arriba dentro de Ebay”, ha asegurado un portavoz de la fiscalía de Massachussetts durante la rueda de prensa en la que se dio a conocer el caso.

Aunque el escrito de imputación no llega a señalar quienes son “Ejecutivo 1” y “Ejecutivo 2”, Bloomberg asegura que, Ejecutivo 1 sería “Devin Wenig”, que en el momento de los hechos era CEO de Ebay. Mientras tanto, Steven Wymer, que se encontraba a la cabeza del departamento de comunicación y relaciones públicas de la multinacional, sería “Ejecutivo 2”.

A partir de dichas conversaciones, y siempre según el relato de la fiscalía y los escritos de imputación, varios empleados y directivos de la compañía (entre ellos el Director de Seguridad de Ebay, James Baugh y el Director de Resiliencia Global, Davird Harville) orquestaron un plan de tres fases para intimidar y destruir la reputación de Ina y su marido con la finalidad de que la periodista “dejase de escribir artículos negativos sobre Ebay”.

El resto de los imputados, lejos de ser simples trabajadores, también ocupaban puestos importantes en el escalafón de Ebay en ámbitos como inteligencia, seguridad y operaciones de la multinacional.

Entre ellos urdieron un plan empleando tarjetas prepago, envíos online, teléfonos desechables y otros medios tecnológicos buscando evitar que el rastro condujese hasta Ebay.

Fase 1: envíos desagradables

La fase uno del plan de acoso y derribo diseñado por estos miembros de la compañía consistió en el envío de “entregas anónimas y perturbadoras” a casa de la víctima como un feto de cerdo, una máscara de cerdo ensangrentada de las que se utilizan en Halloween, una corona funeraria, un libro de consejos para sobrevivir a la pérdida de un esposo y pornografía (a nombre de Ina y su marido) pero enviada a casa de los vecinso con los que convivía puerta con puerta.

Unos envíos a los que, poco tiempo después, les sucedía un mensaje de amenaza (normalmente con insultos) a través de Twitter, bien en abierto o bien por privado.

Ina recibió mensajes privados que empleaban un lenguaje soez e intimidatorio como: “El puto marica de tu marido necesita mantenerte a raya”. “Después de que se saque el vibrador del culo… malditos cobardes” y “sois unos hijos de puta enfermos… y todo el mundo lo va a descubrir”.

Fase 2: acoso por redes y desvelar datos privados con ayuda de un excapitán de policía

Mientras tanto, la fase dos del plan que habían diseñado consistía en una campaña de acoso digital contra la periodista y su marido, que culminaría con la visita de un excapitán de Policía que se ofrecería como mediador.

Dicha campaña fue concebida para enviar tuits y mensajes privados criticando los contenidos publicados en eCommerce Byes y amenazando con visitar a Ina y a su marido en la localidad en la que residían.

Según la fiscalía, el objetivo de esta fase es que el acoso fuera in crescendo y que culminase con el doxing (la publicación de la dirección de su casa) de la pareja.

Así mismo, en esta fase también se les imputa que el grupo habría preparado la visita de un excapitán de la Policía a casa de la pareja a cambio de que la periodista y su marido diesen muestras de “buena voluntad” publicando contenidos favorables hacia Ebay.

Fase 3: una chicharra en el coche de Ina y su marido

La tercera fase del plan de acoso y derribo contra Ina toma un cariz aun más surrealista. Según la fiscalía, dos de los imputados viajaron a Boston (una urbe cercana a la localidad de residencia de la periodista y su consorte) con la excusa de acudir a una conferencia sobre tecnología.

Allí se reunieron con una tercera persona para vigilar la casa de la pareja e instalar una chicharra (un rastreador GPS) es su coche familiar.

Temiendo ser parados por la policía local, hicieron acopio de documentación falsa. Habían planeado que, en caso de ser detectados por los agentes, le facilitarían dicha documentación e información inventada que señalaría que Ina y su marido son “personas de interés” que habían amenazado a ejecutivos de Ebay.

Sin embargo, la operación resultó ser una chapuza. Ina y su marido detectaron que había vehículos extraños e informaron a la policía local, que descubrió que los coches alquilados para las tareas de vigilancia se encontraban a nombre de los ahora imputados.

Obstruyendo la investigación

Ina fue informando a las autoridades de su localidad sobre los extraños sucesos de los que estaba siendo protagonista. El caso, del que un principio se encargó la policía de su pueblo, fue escalando hasta convertirse en un asunto federal a cargo de un agente especial del FBI.

Cuando los empleados de Ebay imputados descubrieron que estaban siendo investigados intentaron tapar su rastro e hicieron todo lo posible por enmarañar la investigación.

Mintieron a la policía, al FBI e, incluso, a los propios abogados de Ebay que intentaban esclarecer qué estaba sucediendo. Algunos de estos empleados (ahora despedidos e imputados) llegaron incluso, a ofrecer su ayuda al propio Ebay para desenmarañar los hechos por los que estaban siendo investigados y que ellos mismos habían orquestado.

Según la fiscalía, en un momento en el que se vieron con el agua el cuello, llegaron incluso a conspirar para fabricar un documento falso sobre otras “personas de interés”, que facilitar a las autoridades como una pista falsa en el caso de acoso.

Por todo ello, los seis exempleados se encuentran imputados por cargos de “conspiración para cometer ciberacoso y conspiración para alterar a un testigo”. Cada uno de los cargos lleva aparejada una pena máxima de hasta cinco años de prisión, tres años de libertad vigilada y una multa de hasta 250.000 euros en concepto de restitución de los daños.

Sin embargo, pese a que el fiscal señala que la orden de llevar a cabo este proceso de acoso y derribo se remonta “muy arriba” en la cadena de mando de Ebay, ni el anterior CEO y el director de comunicación y relaciones públicas se encuentran imputados. Pese a que el FBI descubrió que ambos se intercambiaron mensajes difamatorios contra Ina, no existen pruebas suficientes para que también sean imputados. Ebay asegura que Wenig (el CEO) tuvo unas comunicaciones inapropiadas, pero señala que no hay evidencia de que autorizase ningún tipo de acoso.

El CEO (que ha negado categóricamente tener nada que ver con este caso a medios norteamericanos) y el director de comunicaciones de Ebay abandonaron la compañía poco después de que se llevara a cabo la campaña contra Ina y su marido. En un comunicado ante los medios norteamericanos, Ebay dice lamentar los hechos y asegura haberse disculpado ante Ina y su marido por lo sucedido tras la publicación de su artículo.

Fuente: elmundo.es