El terremoto de Sulawesi se propagó a velocidades hipersónicas
El devastador terremoto de Sulawesi, en Indonesia, de septiembre pasado se propagó a velocidades hipersónicas, una clase de sismo extremadamente poderoso y rápido.
Científicos de la Universidad de California en Los Ángeles y el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, han calculado que el terremoto –que causó 2.200 muertos y más de 5.000 desaparecidos– se propagó a una velocidad constante de 14.760 kilómetros por hora, con el impacto principal durante casi un minuto. Los terremotos típicamente se propagan aproximadamente a entre 9.000 y 10.800 kilómetros por hora. Al procesar las imágenes satelitales, los investigadores encontraron que los dos lados de la falla de 150 kilómetros de longitud, se deslizaron unos 5 metros, una cantidad sorprendentemente grande.
«Comprender cómo se rompen las fallas en los grandes terremotos ayudará a mejorar los modelos de riesgo sísmico y ayudará a los ingenieros especialistas en terremotos a diseñar edificios y otras infraestructuras para resistir posibles temblores en el futuro», dijo en un comunicado Eric Fielding, del JPL, coautor del nuevo estudio publicado en Nature Geoscience.
Una falla de ruptura crea varios tipos de ondas en el suelo, incluidas las ondas de corte que se extienden a 12.700 kilómetros por hora. En un terremoto hipersónico, la ruptura de movimiento rápido supera las ondas de cizalla más lentas que se propagan en frente de ella y las empuja juntas en ondas más grandes y más poderosas. «El intenso temblor resultante es similar al auge sónico asociado con un avión supersónico», dijo Lingsen Meng, profesor de UCLA y coautor del informe.
La velocidad constante de la ruptura del terremoto de Sulawesi fue sorprendente, considerando la naturaleza de la falla en sí misma. Los terremotos hipersónicas previamente estudiados ocurrieron en fallas que fueron notablemente rectas, ofreciendo pocos obstáculos para el movimiento de los terremotos. Las imágenes satelitales de la falla de Palu –que causó el temblor–, sin embargo, revelaron que tenía al menos dos curvas grandes. La ruptura mantuvo una velocidad constante alrededor de estas curvas.
Eso desafía los modelos de los científicos sobre la ruptura del terremoto, según el autor principal Jean-Paul Ampuero de la Université Côte d’Azur en Niza, Francia. Sin embargo, dijo Ampuero, estos modelos fueron desarrollados para fallas idealizadas en material homogéneo. «Las fallas reales están rodeadas de rocas que han sido fracturadas y suavizadas por terremotos anteriores», dijo. «En teoría, las velocidades que serían inesperadas en rocas intactas pueden ocurrir en rocas dañadas».
Los científicos analizaron los datos del radar de apertura sintética del satélite ALOS-2 de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón; datos de imagen óptica de los satélites Copernicus Sentinel-2A y -2B, operados por la Agencia Espacial Europea; e imágenes ópticas de la constelación de satélites Planet Labs PlanetScope, administrada por Planet Labs en San Francisco.
Fuente: europapress.es