Una intrépida ave viaja una distancia equivalente a 2 vueltas a la Tierra cada año
Este pequeño pájaro ejecuta el viaje migratorio más largo de toda la fauna existente. Puede viajar de un polo a otro en apenas dos meses
Cada fin de verano en el hemisferio septentrional, a fines de agosto, una ave pequeña de cabeza negra y cuerpo blanco se alista para un viaje maratónico del polo norte al polo sur. Así, tras finalizar su época de apareamiento, inicia su larga travesía sin importarle los fenómenos climáticos adversos que ocurran en su camino.
El intrépido pájaro se llama el charrán ártico (o Sterna paradisea, según su nombre científico) y, según los biólogos, es el animal que ejecuta el mayor recorrido migratorio de toda la fauna existente.
Como antes el ave había sido observada en ambos polos del globo en momentos distintos del año, se creía que hacía un recorrido total de 40.000 kilómetros, que es la medida aproximada a la circunferencia meridional de la Tierra (40.008 km).
Sin embargo, esta cifra se queda corta, ya que su viaje real oscila entre los 80.000 y 90.000 km, de acuerdo con una investigación llevada a cabo en 2010 y publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Science. El ave recorre tal distancia, porque su viaje no es un camino recto de polo a polo, sino que tiene una forma sinuosa.
En ese sentido, el charrán ártico viaja, cada año de su vida, una distancia equivalente a dos vueltas alrededor del globo. Pero, si consideramos su vida máxima (34 años), digamos que puede desplazarse hasta 2,7 millones de kilómetros en total, es decir, poco más de tres idas y vueltas de la Tierra a la Luna.
Una travesía inigualable
En dicha investigación, Carsten Egevang y sus colegas colocaron en 50 charranes árticos unos transmisores ligeros que miden parámetros como la distancia, el movimiento y la temperatura donde se ubican los animales durante su peregrinaje. Estos dispositivos eran diminutos para que no afecte su capacidad de vuelo.
Después de un año, los investigadores recuperaron la información de 15 de ellos, que regresaron a sus nidos en las islas Farne, al norte de Inglaterra, de donde salieron a finales de agosto.
Según las observaciones, en su camino hacia el sur, estas tenaces aves se dividen en dos grupos, que toman rumbos separados por el Atlántico. Unas van por las costas de África y otras por las de Sudamérica.
El tramo de ida hasta la Antártida lo completan en diciembre, a cuatro meses de haber partido. Dicha temporada es su época no reproductiva, por lo que, para aprovechar el largo verano austral, se dedican a cazar kril durante varios días hasta mediados o fines de abril.
El tramo de regreso hacia el Ártico y las latitudes altas de América del Norte y Europa se realiza en un menor tiempo pese a ser un recorrido más sinuoso por su forma de ese. Esto ocurre debido a que aprovechan patrones de viento en la atmósfera para evitar volar a contracorriente.
Según Egevang, “cada día pueden viajar más de 700 kilómetros sin dormir, por lo que lo realizan en solo dos meses”, aproximadamente hasta junio.
Fuente: larepublica.pe