Los osos de agua son organismos microscópicos raros, curiosos, fantásticos y hasta con superpoderes, ya que pueden sobrevivir a muy altas y bajas temperaturas, incluso a la radiación
“Parecieran sacados de una novela de ciencia ficción, pero son reales”, dijo en entrevista Alejandra Alvarado Zink, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM.
Aunque desde hace millones de años habitan la Tierra, apenas en 1777 fueron descritos por primera vez por los humanos. Hasta la fecha son fascinantes y los científicos siguen estudiándolos.
Son diminutos, de cuerpo segmentado y con cuatro pares de patitas terminadas en garras. Presentan una cabeza con una boca circular provista de estiletes con los que perforan células vegetales o animales para succionar su contenido.
Son reales, microscópicos y sorprendentemente resistentes. Están agrupados dentro de los tardígrados, del latín tardus (lento) y gradus (paso), es decir, de paso lento.
“Si uno los ve en el microscopio, puede observar cómo se desplazan muy lentamente”, añadió la bióloga.
Existen, de manera popular, dos tipos:
- Osos de agua, que habitan ambientes acuáticos; de ahí su torpe movilidad, similar a la de un osezno.
- Cerditos de musgo, que viven entre musgos y líquenes, especialmente durante la temporada de lluvias. Se alimentan de bacterias, hongos e invertebrados microscópicos; incluso, algunos son carnívoros.
Una gran diversidad microscópica
En el mundo se han estudiado unas mil 300 especies, de las que en México se han reportado 56. Los más pequeños miden alrededor de 0.05 milímetros, en tanto que los más grandes alcanzan cerca de 1 milímetro.
Por su diversidad, los estudian desde distintas ciencias: la bioquímica, la medicina, la ecología, la astrobiología e incluso la exploración espacial. Sí, los astronautas también los llevaron al espacio.
Los verdaderos superhéroes microscópicos
En promedio, su vida activa dura unos meses, pero cuando llega la época de secas su metabolismo les permite deshidratarse casi por completo, igual que una fruta seca.
“Sacan de su organismo casi toda el agua, como si fueran las momias de Guanajuato, y después de varios años, cuando se les vuelve a poner agua, reviven”, explicó Alvarado Zink.
Por ello, son objeto de estudio en las ciencias químico-biológicas, pues sus proteínas especiales —como la llamada Dsup— ayudan a que las estructuras celulares se mantengan estables y su ADN se dañe mucho menos.
Su secreto está en esas proteínas, las cuales podrían inspirar desarrollos médicos para proteger el ADN humano ante condiciones extremas.
Los astronautas también los llevaron al espacio
Los tardígrados no solo han conquistado los volcanes y los polos, también han viajado al espacio exterior.
“Los astronautas los llevaron al espacio para ver si soportaban la radiación y el vacío. Y sí: sobrevivieron”, relató Alvarado Zink con asombro.
Esa resistencia ha despertado el interés de la astrobiología, la ciencia que estudia las posibilidades de vida fuera del planeta.
“No vinieron del espacio; evolucionaron aquí. Pero su resistencia nos da pistas sobre cómo podría sobrevivir la vida en otros lugares del universo”, aclaró.
Una nueva especie mexicana en el Iztaccíhuatl
Una estudiante de tesis de la Facultad de Ciencias de la UNAM encontró una nueva especie de tardígrado en el volcán Iztaccíhuatl, a la que llamó Minibiotus citlalium.
“Es un gran orgullo, porque México ya cuenta con una nueva especie registrada de estos diminutos seres”, comentó Alvarado Zink. “El hallazgo demuestra la enorme biodiversidad microscópica del país y abre la puerta a nuevas investigaciones”.
Ciencia extrema: del volcán a la Antártida
Investigadores del Instituto de Biología, de la Facultad de Ciencias y del Instituto de Ecología de la UNAM estudian cómo influye el ambiente en la genética de los tardígrados.
Estos trabajos se inscriben en los llamados estudios extremófilos, que analizan organismos capaces de vivir en condiciones extremas. En la Antártida se han recolectado muestras que podrían contener tardígrados adaptados al hielo y al viento polar.
Su capacidad de entrar en criptobiosis —una pausa vital casi total— los convierte en un modelo único para entender la resistencia biológica.
De la ciencia al imaginario popular
La peculiar apariencia de los tardígrados los ha llevado también al mundo del entretenimiento.
“Han aparecido en series como Star Trek o en videojuegos, donde se les representa como criaturas capaces de viajar por el espacio”, señaló la divulgadora.
Para Alvarado Zink, su encanto radica en que mezclan lo adorable y lo extraño:
“Son tan raros, tan resistentes y tan desconocidos, que nos recuerdan que aún queda mucho por aprender del planeta que habitamos.”
Fuente: unamglobal.unam.mx


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