La ciencia advierte sobre el debilitamiento del vórtice polar

Una investigación publicada en la revista Science señala que los inviernos en las latitudes medias serán más extremos

Resulta de lo más natural que en un contexto de calentamiento global la población solo pueda imaginar un futuro con más olas de calor y sequías. Sin embargo, el cambio climático tiene sus propias paradojas. A medida que sube la temperatura media mundial también lo hace la probabilidad de que se produzcan eventos térmicos extremos. En este sentido, las anomalías pueden ser tanto positivas (por encima de la media) como negativas (por debajo). Solo hay que recordar qué ocurrió con Filomena el pasado enero, el temporal invernal que colapsó España.

La revista Science acabar de publicar un artículo que reafirma la tesis de que los inviernos en las regiones medias del hemisferio norte pueden ser más gélidos debido al debilitamiento del vórtice polar, un cinturón de vientos que confina un aire muy frío en el estratosfera polar y que está directamente conectado con el deshielo del Ártico.

A medida que el blanco desaparece del polo norte y deja al descubierto el océano aumenta la evaporación y el aporte de humedad en la zona de Eurasia, que se traduce en un incremento de la capa de nieve. Si la extensión de nieve alcanza grandes dimensiones influye en la dinámica del anticiclón térmico que se crea durante los meses invernales en esa región del mundo y que determina en buena medida cómo se distribuyen las masas de aire muy frío al modificar la circulación atmosférica en las regiones templadas.

Cuando la presión de este anticiclón térmico está muy elevada lo que ocurre es que se produce un movimiento de aire desde la troposfera, la capa de la atmósfera que está en contacto con la superficie, hacia la estratosfera, que está justo por encima y se produce un calentamiento súbito estratosférico.

En el hemisferio norte este fenómeno produce dos efectos. Por un lado el aire frío que es desalojado de la zona estratosférica polar se mueve hacia latitudes medias y puede eventualmente alimentar borrascas profundas con procesos de desarrollo explosivo. Por otra parte, influye también en la corriente en chorro, que se debilita y adopta un modo más meridional, con el consiguiente riesgo de llegada de masas de aire muy frío procedente de zonas polares o árticas.

Los autores del artículo explican que el debilitamiento del vórtice polar presenta «una tendencia creciente estadísticamente significativa tanto en otoño como en invierno». Una confirmación de que también hay que esperar frío extremo en Europa.

Fuente: lavozdegalicia.es