El icónico Serengeti-Mara, bajo la amenaza demográfica del ser humano

Un aumento de la población en torno al ecosistema Serengeti-Mara, uno de los más emblemáticos y grandes de África, está comprometiendo el futuro de los animales salvajes que migran entre ambas reservas.

El estudio, dirigido por la Universidad de Groninga, en Países Bajos, y con colaboradores de 11 instituciones de todo el mundo, analizó los datos de 40 años y reveló que algunas áreas fronterizas han visto un aumento del 400 por ciento en la población humana en la última década, mientras que las poblaciones más grandes de especies de vida silvestre en áreas clave (el lado de Kenia) se redujeron en más del 75 por ciento.

“Este hallazgo altera nuestra opinión sobre qué se necesita para proteger la biodiversidad”, afirma en un comunicado el profesor de la Universidad de Groniga, Michiel Veldhuis, autor principal del estudio, cuyos hallazgos se publican esta semana en la revista científica ‘Science’.

El ecosistema Serengeti-Mara es uno de los ecosistemas más grandes y más protegidos de la Tierra, abarca 40.000 kilómetros cuadrados y el Parque Nacional Serengeti y la Reserva Nacional Maasai Mara en África Oriental. Cada año, un millón de ñues, medio millón de gacelas y 200.000 de cebra hacen el peligroso viaje desde el Parque Serengeti en Tanzania hasta la reserva de Maasai Mara en Kenia en su búsqueda de agua y tierras de pastoreo.

Ahora, un equipo internacional de científicos ha descubierto que el aumento de la actividad humana a lo largo de las fronteras está teniendo un impacto perjudicial en las plantas, los animales y los suelos. El estudio revela cómo el crecimiento de la población y la afluencia de ganado en las zonas de amortiguamiento de los parques ha exprimido el área disponible para la migración de ñues, cebras y gacelas, lo que hace que pasen más tiempo pastando en pastos menos nutritivos que en el pasado.

Esto ha reducido la frecuencia de incendios naturales, cambiando la vegetación y alterando las oportunidades de pastoreo para otras especies de vida silvestre en las áreas centrales. El equipo muestra que los impactos están cayendo en cascada a lo largo de la cadena alimenticia, favoreciendo las hierbas menos sabrosas y alterando las interacciones beneficiosas entre las plantas y los microorganismos que permiten al ecosistema capturar y utilizar nutrientes esenciales. Los científicos advierten que los efectos podrían hacer que el ecosistema sea menos resistente a futuros choques como la sequía o un cambio climático mayor.

Igual de seria que la caza furtiva y el cambio climático

Los autores concluyen que, incluso para áreas razonablemente bien protegidas como Serengeti y Mara, pueden necesitarse estrategias alternativas que sustenten la coexistencia y el sustento de la población local y la vida silvestre en los paisajes que rodean las áreas protegidas. La estrategia actual de límites cada vez más difíciles puede ser un riesgo importante tanto para las personas como para la vida silvestre.

“Hay una necesidad urgente de repensar cómo manejamos los límites de las áreas protegidas para poder conservar la biodiversidad. El futuro del área protegida más icónica del mundo y su población humana asociada puede depender de ello”, afirma el doctor Michiel Veldhuis, autor principal del estudio de la Universidad de Groninga.

El doctor Simon Mduma, director del Instituto de Investigación de Vida Silvestre del Gobierno de Tanzania, comenta que se debería repensar la estrategia de áreas protegidas, asegurando que los esfuerzos de conservación no se detengan en los límites de las áreas protegidas.

El profesor Mark Ritchie, de la Universidad de Siracusa, en Estados Unidos, añade: “Mantener a las personas fuera de un área para proteger la biodiversidad no es suficiente, también necesitamos integrar las actividades humanas y la conservación fuera de las reservas”.

Por su parte, el doctor Colin Beale, de la Universidad de York, en Reino Unido, subraya que las áreas protegidas en el este de África están bajo la presión de una amplia gama de amenazas. “Nuestro trabajo muestra que la invasión de personas se debe considerar igual de seria que problemas mejor conocidos como la caza furtiva y el cambio climático”, agrega.

Fuente: europapress.es