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Así lograron capturar imágenes del ‘kraken’ tras siglos de búsqueda

El misterio en torno al escurridizo calamar gigante ha alimentado durante siglos historias del folclore popular como la del famoso kraken, la colosal criatura marina que atacaba a los barcos en alta mar. Sin embargo, la realidad es bien distinta, ya que estos cefalópodos como el Architeuthis dux, la especie más grande que se conoce, son muy difíciles de observar.

Una investigación publicada recientemente en la revista Deep Sea Research trata de explicar por qué estos gigantes de las profundidades del mar son tan esquivos y muestra cómo un equipo de científicos logró filmar las primeras imágenes de esta especie en su hábitat natural en 2012 en Japón y posteriormente en 2019 en el Golfo de México.

Los autores del estudio, algunos de los cuales estuvieron presentes en el avistamiento de 2019, sostienen que estas criaturas son evasivas debido, en parte, a sus enormes ojos.

En las profundidades del océano donde habitan estos calamares apenas penetra la luz solar, por lo que este cefalópodo desarrolló los ojos más grandes del reino animal, del tamaño de una pelota de baloncesto, informa Live Science.

Estos ojos, aptos para recorrer la oscuridad del océano, también los hacen más sensibles a las luces que los investigadores marinos incorporan en sus sumergibles y cámaras, de ahí que sea tan difícil de encontrar calamares gigantes en sus hábitats naturales.

Para poder captar a este animal, los investigadores que participaron en los exitosos experimentos de 2012 y 2019 apagaron las luces de su sumergible al alcanzar las profundidades marinas deseadas, lo que permitió que estos calamares se acercaran al aparato.

Además, el equipo iluminó su cámara con una luz roja tenue en lugar de la blanca que se suele utilizar para expediciones de este tipo. «El uso de la luz roja puede ser, por tanto, un método menos molesto para iluminar las especies de aguas profundas», indican los autores en el estudio.

Asimismo, los científicos decidieron emplear un señuelo con luz azul -apodado E-Jelly- que imitaba el movimiento y el brillo de una medusa bioluminiscente para atraer todavía más a los calamares hacia ellos.

Los investigadores concluyen que este método de combinar equipos con poca luz con cebos bioluminiscentes se ha mostrado como el más eficaz para lograr que el calamar gigante salga de su escondite y pueda ser filmado.

Fuente: 20minutos.es