La intimidad sexual de los insectos

MARTHA LUCÍA BA ENA HURTADO

Y DIANA PÉREZ STAPLES

Es ya conocido que los insectos constituyen el grupo de animales más diverso en cuanto a especies, lo que quizá no conozcas es que la mayoría de los insectos se reproduce sexualmente.

Esto quiere decir que hay dos sexos separados con características morfológicas y conductuales propias. Para empezar, los gametos son diferentes. Los machos tienen espermatozoides que son generalmente abundantes, pequeños y móviles, mientras que las hembras tienen óvulos que son pocos y grandes. Los órganos de reproducción también son distintos. Los machos tienen un órgano introductor (aedeagus) y las hembras tienen vagina. A los anteriores se les conoce como caracteres sexuales primarios. Pero, además, los sexos difieren en los caracteres sexuales secundarios que no están involucrados directamente con el acto de la reproducción, como el tamaño corporal, el color y los comportamientos.

Charles Darwin estuvo muy interesado en estas diferencias, sobre todo quiso entender por qué no todos los machos lograban conseguir pareja. En 1871 propuso dos mecanismos o procesos para explicar la teoría de selección sexual, basándose en los comportamientos de cada sexo. A esta propuesta se le conoce como Selección sexual precopulatoria, porque describe los comportamientos de los machos y hembras antes de copular. Actualmente se sabe que estos mecanismos también pueden actuar después de iniciada la cópula, formando entonces parte de la Selección sexual poscopulatoria. A continuación presentamos los dos mecanismos descritos por Darwin.

 

COMPETENCIA ENTRE MACHOS O SELECCIÓN INTRASEXUAL

Darwin observó que los machos de muchas especies peleaban o competían entre ellos por aparearse con las hembras. Compiten cuando éstas no son abundantes, cuando tienen periodos de receptividad sexual muy breves, y muchas veces porque ellas invierten más en el desarrollo de las crías. Es decir, las hembras representan un recurso limitado para la reproducción que es altamente codiciado por los machos. Hay muchas maneras de competir para tener acceso a las hembras y copular con ellas. Una manera es peleando directamente con otros machos, por eso algunos tienen cuernos, aguijones, espolones, así como un gran tamaño corporal para tener ventajas en las batallas.

Cuando las hembras son muy escasas, como ocurre en algunas especies de escarabajos o abejas, los machos tienen estructuras especiales –antenas largas– para detectarlas y encontrarlas, también pueden desarrollar una mayor agudeza visual o habilidad para moverse más rápido, por lo que tendrán más oportunidad de aparearse que los que se muevan menos o no tengan la capacidad de detectarlas a largas distancias. Otros compiten permaneciendo la mayor cantidad de tiempo en los lugares donde es más probable encontrar hembras, como ocurre en algunas especies de mariposas o chinches.

 

ELECCIÓN FEMENINA O SELECCIÓN INTERSEXUAL

Darwin propuso que las hembras también desempeñan un papel activo para conseguir pareja, porque pueden rechazar o elegir a los machos más atractivos o seductores. Actualmente se sabe que la elección femenina no sólo incluye la preferencia por determinados machos, sino que es un proceso más complejo que toma en cuenta las condiciones ambientales de la zona donde ambos sexos se encuentren, como la cantidad de machos que hay para escoger, si hay o no depredadores, si hay suficiente alimento, y depende además de las estrategias que las hembras pueden emplear para evaluar y comparar a sus parejas potenciales.

Las hembras eligen a los machos por una variedad de características. Habrás notado que ciertos insectos –como algunas mariposas, escarabajos o abejas– tienen colores muy vistosos o su cuerpo es brillante. Los biólogos han sugerido que esto es una manera de demostrar que son más saludables, lo que les favorecería para tener hijos igualmente sanos. Otra característica que las hembras pueden evaluar en los machos es el tamaño de su cuerpo o de algunas de sus partes como antenas, ojos o estructuras muchas veces exageradas. También pueden preferirlos dependiendo de sus comportamientos de cortejo.

Así como hay muchas maneras de conquistar a una mujer, también en los insectos hay muchas maneras de atraer a una hembra. La más común es la atracción química mediante la liberación de feromonas, seguida de una variedad de exhibiciones como danzas, movimientos de antenas o patas para llamar la atención. También cortejan con estimulaciones táctiles, sonidos o cantos y hasta destellos de luz. Estos rituales pueden durar varias horas o días. Incluso algunos machos pueden cortejar a las hembras brindándoles obsequios antes o durante la cópula.

Los machos de la mosca escorpión, por ejemplo, les dan a las hembras un regalo antes de copular (llamado regalo nupcial), capturando presas. Otros insectos como los grillos no salen a cazar sus presas, sino que ellos mismos elaboran sus regalos cuando producen secreciones salivares, secreciones glandulares externas y sustancias que van en el eyaculado. La finalidad es atraer a las hembras, facilitar las cópulas y maximizar la transferencia del eyaculado. Algunos estudios han demostrado un incremento en el número de huevos producidos por las hembras como resultado de recibir grandes presentes o un mayor número de regalos nupciales.

¡Pero cuidado!, los regalos nupciales a veces pueden ser trampas. Una muestra de ello la encontramos en la mosca bailarina, cuyos machos literalmente “llevan al baile” a las hembras, ya que les ofrecen solamente un capullo de seda que adentro no contiene presa alguna. En la mosca de la fruta las sustancias transmitidas en el eyaculado (llamadas productos de las glándulas accesorias) pueden ser tóxicas y reducir la longevidad de la hembra, llegando a tener efectos sorprendentes en su comportamiento, ya que pueden actuar como agentes antiafrodisiacos y apagar su receptividad sexual, incrementar el número de huevos que pone e incluso aumentar su apetito. Sin embargo, también ocurre lo contrario, como en el caso de los grillos machos, que durante la cópula emiten sustancias que pueden ser nutricionales para las hembras.

 

SELECCIÓN SEXUAL POSTCOPULATORIA: COMPETENCIA ESPERMÁTICA Y ELECCIÓN CRÍPTICA FEMENINA

Si antes de la cópula puede haber peleas entre machos (selección intrasexual) y elección por parte de las hembras (selección intersexual), ahora también sabemos que estos dos procesos continúan durante el apareamiento. La disputa entre machos puede extenderse a sus espermatozoides dentro del tracto reproductivo de la hembra, lo cual se llama competencia espermática: los espermatozoides de uno pueden rivalizar con los de otro, y solamente unos pocos lograrán fecundar los huevos de la hembra.

Asimismo, la preferencia de la hembra por algún macho en particular no se termina con la cópula, sino que puede extenderse durante y después de ésta, recibiendo el nombre de elección críptica femenina (porque es difícil de observar), pudiéndose presentar de distintas maneras: las hembras pueden sesgar la paternidad hacia un macho (al expulsar el esperma de manera selectiva), evitar su intromisión completa, reaparearse con otro, no ovular o invertir menos en su progenie. En fin, existen diversos mecanismos con los que las hembras pueden tener cierto control sobre su reproducción.

Cualquier rasgo heredable que aumente las posibilidades de apareamiento y fertilización puede ser favorecido por selección sexual, tanto en machos como en hembras.

 

CONCLUSIONES

Cualquier característica heredable —sea morfológica, fisiológica o conductual— que aumente las oportunidades de apareamiento y fertilización puede ser favorecida por selección sexual tanto en machos como en hembras. Es decir, esta selección favorece la reproducción de algunos individuos sobre otros, lo que significa que algunos pueden tener mayor número de hijos con relación a los demás, como resultado de la discriminación por parejas potenciales del sexo opuesto o por la competencia con los del mismo.

Cada vez tenemos más evidencia científica de lo complejo e interesante que puede ser el comportamiento sexual de los insectos. El abrir una ventana hacia la intimidad de estos seres también nos permite entender los procesos evolutivos en otros animales y entender por qué los insectos conforman el grupo taxonómico más abundante de nuestro planeta.

Cualquier rasgo heredable que aumente las posibilidades de apareamiento y fertilización puede ser favorecido por selección sexual, tanto en machos como en hembras.