La energía es el núcleo del desarrollo: Alma América Porres
“México tiene una alta dependencia energética de combustibles fósiles, esto es más de un 80%, y se espera que, para el 2040, exista un mejor balance de energía fósil y renovable, en un rango de entre 40% y 60%”, subrayó
“La energía es el núcleo del desarrollo. Posibilita las inversiones, las innovaciones y las nuevas industrias que impulsan el empleo, así como el crecimiento inclusivo y la prosperidad compartida en un planeta más habitable”, sostuvo Alma América Porres, ex comisionada nacional de hidrocarburos, al impartir la conferencia “Perspectivas de la exploración y producción de hidrocarburos en México, en un entorno de transición energética”, transmitida en vivo por las plataformas digitales de El Colegio Nacional.
La experta en exploración y producción de yacimientos de aceite y gas agregó que, a pesar de la importancia de este elemento, actualmente 675 millones de habitantes viven sin electricidad en todo el mundo, y alrededor de 2 mil 300 millones de personas dependen de combustibles y tecnologías tradicionales contaminantes para cocinar sus alimentos.
La sesión formó parte del ciclo Universidades por la ciencia, coordinado por el colegiado Jaime Urrutia Fucugauchi; Dionisio Meade y Araceli Rodríguez, de Fundación UNAM; y Araxi Urrutia Odabachian, del Consorcio Universidades por la Ciencia.
América Porres aseguró que los países en desarrollo, que enfrentan la carga más pesada, tienen una capacidad limitada para mitigar la volatilidad de los precios de la energía, y ello conduce al racionamiento energético en algunos lugares y a un aumento de la pobreza.
Agregó que el sector energético juega un papel protagonista en este sentido, ya que debe establecer estrategias para reducir sus emisiones de CO2 a la atmósfera, requiere impulsar las energías renovables en detrimento de los fósiles en sus actividades, necesita invertir en innovaciones tecnológicas más sostenible y menos intensivas en emisiones, y trabajar coordinadamente con la comunidad internacional, para alcanzar los compromisos mundiales en materia de cambio climático. “Las fuentes renovables representaron el 30% de la generación mundial de electricidad en 2023. Un mayor uso de fuentes de energía renovables redujo ese año la intensidad del carbono en la generación global de energía eléctrica a un nuevo mínimo histórico, un 12% menos que su pico en 2007”.
La especialista recordó que, pesé a lo anterior, los hidrocarburos como fuente de energía tienen ventajas, por ejemplo, la disponibilidad de reservas de aceite y de gas; tecnologías maduras para toda la cadena de valor; y propiedades físicas que facilitan el almacenamiento, transporte y manejo en gran volumen. Incluso se habla de estimaciones de reservas mundiales por más de 50 años con producción convencional y más de cien años con producción no convencional.
Pero, entre sus desventajas, se encuentra que la energía no es renovable con recursos finitos de petróleo y gas; tiene emisiones tóxicas en su producción, transformación y uso, con alto impacto en la salud y el cambio climático; existe el riesgo de derrames que pueden causar daños a los ecosistemas y un impacto negativo a comunidades; y, además, limita el desarrollo de nuevas fuentes de energía.
En relación a la industria petrolera y la transición energética, la doctora en Geofísica Aplicada explicó que México tiene una alta dependencia energética de combustibles fósiles, esto es más de un 80%, y se espera que, para el 2040, exista un mejor balance de energía fósil y renovable, en un rango de entre 40% y 60%. “Se necesitan soluciones científicas disruptivas en una industria en crecimiento, como desarrollar recursos con mayor valor y menor impacto ambiental. Producir y aumentar el rendimiento hacia combustibles limpios, y mejorar la eficiencia de uso de la energía en todas las actividades de la cadena de valor”.
“Los combustibles fósiles mantendrán su presencia relevante más allá de 2040, con el gas como eje de la transición. Es importante conservar la fortaleza de la industria de los hidrocarburos con acciones ágiles, eficientes y de bajo impacto ambiental. Se requiere la incorporación continua de energías alternas, incluyendo las renovables”.
De acuerdo con la ponente, Pemex se ha concentrado en incrementar la actividad exploratoria en cuencas terrestres, aguas someras y en zonas aledañas a los campos en producción. Durante los últimos seis años, se han perforado un total de 353 pozos exploratorios en aguas profundas del Golfo de México. Aseguró que la industria petrolera del país enfrenta retos como la creación de tecnologías de extracción y producción eficientes y sostenibles para la extracción y producción de petróleo, así como para la exploración del subsuelo y la ubicación de zonas de interés.
Además, se requieren tecnologías para eliminar en todas las actividades de producción, transporte y transformación, las fugas de gases de efecto invernadero, la captura y almacenamiento de carbono. “La industria petrolera puede beneficiarse enormemente de la adopción de tecnologías digitales, como el cómputo de alto rendimiento, de la analítica de datos y de la inteligencia artificial. Así como de la colaboración entre el sector público, privado y la academia, que puede acelerar el desarrollo y la implementación de tecnologías innovadoras”.
“Las exigencias a nivel mundial obligan a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y de manera específica las actividades de E&P de hidrocarburos, en las que se han planteado con un objetivo neto para el año 2050. Por lo que se debe mitigar el impacto ambiental en toda la cadena de valor de los hidrocarburos, desarrollando una transición energética con un enfoque hacia la descarbonización de la industria, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental”, concluyó Alma América Porres.
Fuente: El Colegio Nacional