Innovación

Tica investiga ruido subacuático en el Océano Ártico

Bajo el mar existe ruido que proviene de las especies haciendo vocalizaciones; de la lluvia, de los temblores, del viento y de las olas cuando revientan. Pero también hay de los barcos y de la extracción de petróleo.

¿Cuánto ruido agregan las actividades humanas en el mar y cuánto afecta eso el comportamiento natural de la especies? Hacer esta medición es la labor que desarrolla actualmente Melania Guerra, ingeniera, oceanógrafa y científica costarricense de 37 años.

Hija de Jorge Guerra, un ingeniero industrial retirado, y de Marcela Carrillo, maestra de escuela pensionada, Melania es investigadora asociada en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, donde estudia la bioacústica submarina.

Ella explica que como la luz no viaja muy eficientemente en el agua, los animales marinos utilizan el sonido como el medio principal de comunicación.

“Por ejemplo, parece que las larvas de los peces saben detectar cuál arrecife suena saludable, y se dirigen hacia él para crecer. Pero si un arrecife suena degradado, entonces menos peces se reclutan ahí. Esto tiene grandísimas implicaciones para actividades importantes como la pesca”, manifestó.

Los proyectos en los que Guerra participa actualmente se ubican en el Océano Ártico. Ahí los trabajos de campo solo se pueden realizar durante lo que se llama la “temporada de aguas abiertas», que es desde aproximadamente mediados de agosto hasta mediados de octubre, pues en esos meses el mar está libre de hielo y se puede navegar con mucho mayor facilidad.

En su trabajo, a la costarricense le ha correspondido viajar al Estrecho de Bering (entre Rusia y Alaska, en el barco R/V Norseman II) y al Estrecho de Davis (entre Canadá y Groenlandia, en el barco R/V Atlantis), donde, con sus compañeros, recogió instrumentos que tenían uno o dos años de estar sumergidos, grabando datos, y los volvieron a colocar para recuperarlos en la temporada del 2016.

Estos proyectos son financiados por la Fundación Nacional para las Ciencias, la agencia gubernamental de Estados Unidos.

Guerra estudió en Costa Rica, en el Colegio Humboldt, desde preescolar hasta la secundaria, e hizo el año extra para obtener el bachillerato alemán.

En la Universidad de Costa Rica estudió ingeniería mecánica y al finalizar su carrera fue aceptada para hacer una pasantía con el científico costarricense Franklin Chang, en el Centro Espacial Johnson de la NASA. “Durante ese año aprendí cómo se hace la ciencia en el mundo de la investigación y me impulsó a seguir un posgrado”, relató Guerra.

La científica obtuvo su maestría y doctorado en el Instituto Scripps de Oceanografía (que es parte de la Universidad de California, en San Diego), en la especialidad de Ciencias Oceánicas Aplicadas, la cual se enfoca en la acústica submarina.

Después de graduarse, trabajó dos años como investigadora en la Universidad de Cornell.

Guerra es buza científica y completó entrenamientos de sobrevivencia polar y de escape de helicópteros.

En Costa Rica, muchos la conocieron el 9 de marzo pasado, en otra faceta: como presentadora del Foro de Astronautas.

Fuente: El Financiero