Natalya Brikner, la estudiante de cohetes que se convirtió en CEO antes de cumplir 30

Mientras Natalya Brikner cursaba su doctorado en el Laboratorio de Propulsión Espacial del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EU), daba por hecho que se convertiría en profesora del campo. Creció en un pequeño pueblo al noreste de Oregón (EU) mirando las estrellas y pensando en los alienígenas que vivirían en ellas. Estudiar la propulsión de cohetes parecía una salida práctica.

Pero entonces un proyecto en el que trabajaba con un compañero de laboratorio atrajo la atención de la industria de cohetes. Crearon el primer prototipo funcional para diminutos satélites basado en una tecnología de propulsión. En 2014, Brikner y Louis Perna fundaron Accion Systems para comercializar su innovación. La probaron en el espacio por primera vez hace un año.

Brikner y Perna no se convirtieron en profesores. En lugar de eso, Brikner, que ejerce como CEO de Accion Systems, está preparando los primeros pedidos comerciales de los sistemas de propulsión de la start-up radicada en Massachusetts. Algunos clientes en potencia están interesados en las comunicaciones, que pueden incluir satélites que proporcionan ancho de banda de conexión a internet desde una órbita baja alrededor de la Tierra. El mercado militar también parece estar ansioso.

Los motores de cohete del tamaño de una moneda de diez céntimos de euro contienen un propulsor en el que unas partículas cargadas se aceleran hasta alcanzar altísimas velocidades para generar impulso. Gracias a ello, los diminutos satélites que se usan para recopilar imágenes y otros datos sobre la Tierra adquieren la útil capacidad de reposicionarse solos. La tecnología podría ser escalada, lo que permitiría aplicarla a satélites más grandes.

En comparación con su época como alumna de doctorado, Brikner ahora realiza muy pocas investigaciones. Dedica alrededor al 20 por ciento de su tiempo a generar nuevas ideas de producto para propuestas y buscar el “espacio tecnológico en blanco” en satélites y otros campos, algo que describe como extraordinariamente divertido. Durante el resto de su tiempo, se encarga de liderar una empresa en crecimiento.

De camino, Brikner, de 29 años de edad, ha generado un ejército de fans. Perna dice que Brikner siempre ha destacado por su capacidad de estar presente y ser analítica en el momento. Es segura de sí misma y pragmáticamente intrépida.

“Natalya siempre ha sido, y sigue siendo, decisiva. Conoce sus preferencias y no malgasta el tiempo en cosas que no merezcan la pena”, afirma su compañero.

Brikner se autodescribe como “delegadora” aunque centrada en el crecimiento personal y de la empresa. Le gusta empujar a la gente a salirse de su zona de confort; obliga a sus empleados a aprender nuevas habilidades y presentarlas en seminarios de la empresa para seguir aumentando sus conocimientos.

A Brikner nunca le ha dado miedo pedir ayuda. Siempre había consejeros durante sus estudios, además de alumnos y emprendedores que iban un par de cursos por delante de ella, que estuvieron dispuestos a ayudarla y respaldarla. Reconoce la labor de su coach y mentora Anna

Rowley, una consultora de psicología con experiencia en grandes empresas tecnológicas, y que le ayudó a asentarse en su rol en Accion Systems y mantener motivado a su equipo. También recibió consejos empresariales del jubilado CEO de Raytheon, Bill Swanson.so.

“He descubierto que normalmente la gente está muy, muy dispuesta a ayudarte siempre que reconozcas que necesitas su ayuda y la pidas”, dice Brikner. “La gente es muy generosa con su tiempo”, añade.

Ella empezó a devolver ese favor desde el instituto, cuando empezó a dedicar varias horas a la semana a ser mentora. Hoy, ofrece sus servicios como mentora a empresas más jóvenes. También se ha centrado en programas extraescolares de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Asegura que presencia la “discriminación de género, de edad y otras formas de discriminación cada día”, y da lo mejor de ella para atajarlas. Para ello, enseña ciencias básicas tanto a niños como a niñas en edades muy tempranas. También escoge mentores y consejeros que respaldan sus valores.

Fuente: MIT Technology Review