Científicos de Princeton crean un material que se comporta como un robot, pero no tiene ni motores ni circuitos
La ciencia supera sus propios niveles de avances tecnológicos, con este reciente logro de científicos de la Universidad de Princeton. El equipo de ingeniería de la casa de estudios fabricó el primer material que actúa como un robot. No tiene motores, tampoco circuitos o chips para instalar sistemas operativos, pero recibe y ejecuta órdenes a través de sistemas magnetizados.
El material, que se hizo viran en los últimos días en las redes sociales, se llama Metabot. Los expertos lo califican como un metamaterial reconfigurable que cambia de forma, se mueve y responde a comandos externos como si fuese un robot, pero sin necesidad de engranajes, motores ni circuitos internos.
“Los campos electromagnéticos transportan potencia y señal simultáneamente. Cada comportamiento es muy simple, pero al combinarlos, puede ser muy complejo. Esta investigación ha superado los límites de la electrónica de potencia al demostrar que el par puede transmitirse de forma remota, instantánea y precisa a distancia para activar complejos movimientos robóticos”, dijo Minjie Chen, autor del artículo y profesor asociado de ingeniería eléctrica e informática del Centro Andlinger para la Energía y el Medio Ambiente de Princeton, según el sitio oficial de la universidad.
¿Cómo funciona el Metabot?
La base de esta innovación radica en una antigua técnica de plegado: el origami. Inspirados en estructuras llamadas tubos Kresling, los científicos diseñaron módulos con forma helicoidal capaces de expandirse, contraerse o girar en distintas direcciones.
Entonces, al ensamblarlos en configuraciones específicas, el material puede desplazarse, cambiar de volumen o incluso imitar movimientos mecánicos complejos. Todo esto gracias a campos electromagnéticos que actúan como control remoto.
Cada unidad del Metabot tiene una particularidad clave: es quiral, es decir, su forma no es superponible con su imagen en el espejo. Esta asimetría permite que el material tenga memoria de movimiento, una propiedad conocida como histéresis, lo que le permite realizar acciones secuenciales y adaptativas, casi como si pensara en cómo moverse.
¿De qué sirve este aparato? Las posibilidades son amplias y ambiciosas. En una escala microscópica, los investigadores imaginan versiones del Metabot de apenas 100 micrones (más delgadas que un cabello humano) capaces de moverse dentro del cuerpo humano para administrar medicamentos o asistir en cirugías.
Además, se ha probado su capacidad de regulación térmica, permitiéndole actuar como un revestimiento inteligente que puede absorber o reflejar luz para mantener una temperatura estable. En el campo de las telecomunicaciones, su forma cambiante podría dar lugar a antenas reconfigurables y dispositivos ópticos avanzados.
Fuente: msn.com