Científicos crean dispositivo para tratar el “dolor fantasma” de extremidades amputadas

Investigadores japoneses han desarrollado un dispositivo capaz de reducir el dolor de los pacientes con extremidades amputadas o paralizadas que sufren el denominado síndrome del miembro fantasma, según confirmaron los especialistas en un estudio publicado en la revista científica Nature. 

El dispositivo hace posible “modular las actividades cerebrales relacionadas con los movimientos de los miembros fantasmas, que eran difíciles de alterar por la terapia existente”, explicó el líder del proyecto, Takufumi Yanagisawa, profesor adjunto de la Universidad de Osaka. 

Mejorar este nuevo aparato “hará que el dolor de miembro fantasma sea un dolor tratable en el futuro”, expuso Yanagisawa. 

El síndrome lo padecen algunas personas que han perdido una extremidad (por amputación o parálisis) y que continúan experimentando las sensaciones del miembro o dolor, que generalmente no puede paliarse con analgésicos convencionales. 

“Una teoría popular, pero cada vez más controvertida, es que [el dolor] resulta de una inadaptación a la reorganización del córtex sensoriomotriz, lo que sugiere que la inducción experimental de más reorganización debería afectar al dolor, especialmente si resulta en restauración funcional”, argumenta el estudio. 

Los hallazgos de la investigación, realizada por científicos del Instituto Internacional japonés de Investigación de Telecomunicaciones Avanzadas y la Universidad de Cambridge, “se opusieron a la hipótesis primitiva”, explicó Yanagisawa, ya que la restauración funcional no mejoró, sino que intensificó el dolor. 

El equipo diseñó un programa de entrenamiento para mover una mano artificial con una interfaz cerebro-máquina que probó en diez pacientes que habían perdido el antebrazo derecho, y comprobó que fue la disociación entre la mano protésica y la fantasma la que redujo el dolor. 

Esto pone de manifiesto “una relevancia funcional entre la plasticidad cerebral (facultad del cerebro para recuperarse y reestructurarse) y el dolor”, lo que podría abrir el camino a un tratamiento. 

El equipo está trabajando en la aplicación clínica en unos años del apartado, que podría también aplicarse para otras dolencias psiquiátricas y motrices. 

Fuente: Agencias