Un modelo teórico permite predecir el avance de la demencia de forma personalizada

Conectividad y proximidad. Según los resultados, la muerte neuronal puede transmitirse entre áreas cerebrales fuertemente conectadas, a pesar de hallarse lejanas. En la imagen, ilustración de una célula neuronal.

La acumulación de proteínas mal plegadas se asocia con la muerte neuronal que caracteriza a las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer o la demencia frontotemporal. La diseminación de estas moléculas defectuosas ocurre a través de redes neuronales conectadas entre sí.

Ahora, William L. Seeley y su equipo, de la Universidad de California en San Francisco, describen un método capaz de predecir dicha expansión e identificar los circuitos más vulnerables. Ello permitirá evaluar la eficacia de futuros tratamientos diseñados a fin de detener el avance de la enfermedad.

En el estudio, publicado por la revista Neuron, participaron 42 pacientes con una variante de demencia frontotemporal que se caracteriza por un marcado deterioro de la personalidad, junto con otros 30 sujetos afectados por la forma que ocasiona la pérdida progresiva del lenguaje. Mediante imágenes obtenidas por resonancia magnética, los científicos determinaron, en cada uno de los casos, la región cerebral donde comienza la neurodegeneración. Un año más tarde, un nuevo escáner cerebral permitió evaluar la progresión de la muerte neuronal.

La comparación de las imágenes de los pacientes con mapas cerebrales generados a partir de datos procedentes de 75 voluntarios sanos permitió desarrollar el modelo predictivo. En base a dos parámetros, la distancia entre una región y el epicentro de la neurodegeneración, así como el número de áreas cercanas a dicho epicentro afectadas por la atrofia, el método dibujó el patrón teórico que seguiría el deterioro cerebral en cada paciente.

De acuerdo con la predicción, la pérdida neuronal avanzaría hacía las zonas más cercanas o conectadas, aunque lejanas, al epicentro. Para satisfacción de los investigadores, los sucesivos escáneres realizados a los enfermos corroboraron el hallazgo.

Seeley y sus colaboradores destacan la importancia de conocer y entender el modo en que la neurodegeneración progresa para poder frenarla. Sin embargo, se muestran prudentes y señalan que aún es pronto para aplicar el modelo en la práctica clínica.

Fuente: investigacionyciencia.es