Pulsos de radio gigantes explicarían el misterio de las señales rápidas que intrigan a los astrónomos desde 2007

Pulsos de radio gigantes que emiten enormes oleadas de energía desde la profundidad del Universo podrían explicar el misterio de las señales rápidas de radio (FRB), que intrigan a los astrónomos desde 2007 y que se originarían a partir de eventos energéticos en el universo extragaláctico.

Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto pulsos de radio gigantes que producen enormes cantidades de energía desde sectores alejados de nuestra galaxia: podrían ser una de las causas de las extrañas señales rápidas de radio (FRB), que tienen en vilo a la comunidad astronómica internacional desde 2007 y que podrían explicarse mediante sucesos energéticos inusuales que acontecen en el cosmos.

Utilizando datos del telescopio NICER de la NASA en la Estación Espacial Internacional, los astrónomos ha descubierto oleadas de rayos X que acompañan a las explosiones de radio del púlsar en la Nebulosa del Cangrejo.

Dichas explosiones, llamadas pulsos de radio gigantes, liberan mucha más energía de lo que se sospechaba anteriormente: se registró un aumento de hasta el 4% en las emisiones.

El hallazgo sugiere que estos pulsos son cientos de veces más energéticos de lo que se creía anteriormente y podrían proporcionar información sobre el misterioso fenómeno de las señales rápidas de radio (FRB).

La primera señal cósmica de radio fue descubierta en 2007, y desde ese momento hasta hoy las detecciones han aumentado considerablemente. Aún se conoce poco sobre estas emisiones, aunque los científicos creen que provienen de fuentes diferentes desde recónditos puntos del Universo.

Desde la Nebulosa del Cangrejo

Según explican los astrónomos en un comunicado, entre más de 2.800 púlsares catalogados, el ubicado en la Nebulosa del Cangrejo es uno de los pocos que emiten pulsos de radio gigantes, que ocurren esporádicamente y pueden ser cientos o miles de veces más brillantes que los pulsos regulares.

Localizada a unos 6.500 años luz de distancia de la Tierra en la constelación de Tauro, la Nebulosa del Cangrejo y su púlsar se formaron en una supernova cuya luz llegó a la Tierra en julio de 1054.

En el nuevo estudio se analizó la mayor cantidad de datos de radio y rayos X simultáneos jamás recopilados de un púlsar. La investigación, publicada recientemente en la revista Science, extiende el rango de energía observado en este fenómeno en miles de veces.

Además, los investigadores creen que estos pulsos gigantes son una manifestación de procesos subyacentes que producen emisiones en una amplia franja del espectro electromagnético, desde las ondas de radio hasta los rayos X.

El misterio continúa

Para Teruaki Enoto, autor principal del estudio, «aunque todavía no entendemos cómo o dónde los púlsares producen su compleja y amplia emisión energética, en esta investigación hemos contribuido con otra pieza al rompecabezas. Sin embargo, estos fascinantes objetos tienen aún muchos enigmas para aportar e intentar resolver», indicó.

Las conclusiones de los especialistas se originaron a partir de datos recopilados entre 2017 y 2019, cuando el telescopio NICER de la NASA y diferentes radiotelescopios de Japón estudiaron al mismo tiempo el púlsar en la Nebulosa del Cangrejo.

Los investigadores concluyen que la energía total emitida por un pulso de radio gigante es de decenas a cientos de veces mayor que la estimada previamente, utilizando solo datos ópticos y de radio.

En ese contexto, incluso un aumento modesto en las emisiones representa una gran contribución de energía: ¿serán estas oleadas energéticas que llegan desde los púlsares las responsables de las señales cósmicas de radio?

Fuente: tendencias21.levante-emv.com