Notre Dame: un prodigio de la arquitectura lleno de tesoros

En un país tan propicio a los símbolos como Francia, Notre Dame de París es una iglesia aparte, no comparable al resto de las 150 catedrales que existen en su territorio. No solo por estar situada en la capital, sino también por ser un templo del arte gótico que atesora obras de un valor incalculable. “Antes de convertirse en símbolo nacional, Notre Dame es una proeza arquitectónica”, señala Nathalie Le Luel, catedrática de Historia del Arte en la Universidad Católica de Angers. “Notre Dame marca el inicio del arte gótico en Île de France, la región de París, y tiene particularidades como sus ventanales inmensos, su sistema de arbotantes y sus rosetones”, añade Le Luel, especialista en el periodo medieval. El rosetón sur, dedicado al Nuevo Testamento y construido en 1260 por Pierre de Montreuil y Jan de Chelles, es considerado una de las mayores obras maestras del cristianismo.

Su historia empieza en 1160, cuando Maurice de Sully, nombrado arzobispo de París, decide dotar a la ciudad de una catedral digna de ese nombre. Su construcción empezó tres años después y tardó casi dos siglos en ser terminada (u ocho, según dónde termine el recuento). El templo sorprendió por su espectacular fachada, que contrastaba con los diseños simples de sus bóvedas y tracerías, propias de esta etapa temprana del gótico, y por su planta cruciforme de cinco naves y doble deambulatorio.

En 1844, se inició una restauración y ampliación que duró dos décadas, dirigida por el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, que añadió la aguja que se vino abajo este lunes desde 93 metros de altura. Además, junto con Jean-Baptiste Lassus restauró los 28 reyes de Judea que gobernaron antes de Cristo, decapitados durante la Revolución Francesa. También se añadieron entonces las famosas gárgolas que se convirtieron en símbolos distintivos de la catedral. “Es un gran ejemplo de gótico, pero también un gran monumento del siglo XIX. Fue en ese momento cuando Notre Dame se convirtió en símbolo, cuando la Revolución Francesa impuso la noción de roman national [relato nacional] y Victor Hugo publicó Nuestra Señora de París”, señala Le Luel.

Son muchas las joyas que amenazadas por las llamas en el incendio que se inició la tarde este lunes, aunque “las obras más valiosas han sido protegidas”, dijo el general Gallet, comandante del cuerpo de bomberos de París, según la agencia France Presse. El rector de la catedral, Patrick Chauvet, aseguró que se ha salvado al menos una de las tres reliquias de Cristo que albergaba el templo: la corona de espinas; las otras dos son un fragmento de la Cruz del Calvario y uno de los clavos que lo fijaron en ella.

Durante la Revolución Francesa esas reliquias fueron trasladadas a la Biblioteca Nacional, pero regresaron a Notre Dame en 1801, cuando el arzobispado de París recuperó su control. “Ese relicario es muy importante para los católicos, pero también para los historiadores, ya que marca el vínculo de la realeza francesa con el cristianismo”, señala Le Luel.

El rector de la catedral añadió que también se ha rescatado la conocida como túnica de San Luis. Pero Notre Dame alberga asimismo otras obras de difícil traslado, como la monumental Piedad que preside el ábside, esculpida por Nicolas Coustou en el siglo XVIII, y las efigies de los reyes Luis XIII y Luis XIV, obra de Coysevox, donde los monarcas aparecen genuflexos y rodeados de ángeles. El órgano de la catedral, obra de Aristide Cavaillé-Coll, cuenta con unos 8.000 tubos y una caja adornada con autómatas.

De las paredes de la catedral también cuelgan distintas pinturas de temática religiosa, los llamados Mays, encargados entre 1630 y 1707 por los orfebres de París, que hicieron una donación anual a este templo. En su día hubo un total de 66 cuadros, de los que en la actualidad se exponen una docena. Entre sus autores figuran pintores de renombre en la época, como Charles Le Brun y Jacques Blanchard. En la catedral destacan también una treintena de representaciones escultóricas de la virgen y un mausoleo para un militar firmado por Jean-Baptiste Pigalle, escultor que da nombre al conocido barrio parisino. El estado de todas esas obras era desconocido a última hora de este lunes.

Fuente: elpais.com