Los ordenadores cuánticos prometen generar una verdadera revolución musical

La física cuántica y los ordenadores cuánticos podrían modificar en profundidad la forma de crear música

De un modo similar a los cambios introducidos por la música electrónica durante el siglo XX, que utilizó ordenadores clásicos y sintetizadores para generar un nuevo estilo musical, que en principio fue vanguardista y luego se masificó, una nueva música creada aprovechando las ventajas de los ordenadores cuánticos parece estar naciendo. Según músicos y científicos, es difícil vislumbrar aún el impacto que puede llegar a tener esta nueva forma de entender la producción musical y de encarar los procesos creativos.

Desde la década de 1970 hasta hoy, creadores como Kraftwerk y Brian Eno llevaron la música realizada con ordenadores tradicionales y sintetizadores de un plano experimental al gusto masivo: poco a poco, los sonidos electrónicos fueron ganando espacio entre los oyentes y grandes bandas o solistas de rock como U2 o David Bowie trabajaron junto a Eno, por citar un ejemplo, para lograr un cambio en su sonido. ¿Qué podría pasar si sucediera lo mismo con la incipiente “música cuántica”, realizada con ordenadores cuánticos y que utiliza principios y conceptos de la física cuántica?

Un podcast y un artículo publicados en Physics World, un medio que forma parte del ecosistema del Instituto de Física (IOP), en el Reino Unido, exploran las diferentes posibilidades que abre una ligazón cada vez más estrecha entre los ordenadores cuánticos, la física cuántica y la música. Todo indica que los profundos cambios generados por la música electrónica, aún resistidos en muchos ambientes culturales, serían mínimos en comparación con la “revolución” que podría generar la “música cuántica”, basada en una forma completamente diferente de entender la realidad y el mundo que nos rodea.

Los ordenadores han evolucionado hasta convertirse en una parte esencial de la industria de la música a lo largo del siglo pasado: la composición musical, la instrumentación, la distribución y el consumo de música se vieron afectados por los avances en la tecnología informática. Pero los ordenadores cuánticos ofrecen el potencial para un mayor salto tecnológico con una fuerte influencia cultural, que aún ni siquiera imaginamos.

¿Cómo suena un cúbit?

A medida que se avecina esta nueva era de la informática, es imprescindible considerar y analizar las formas en que los desarrollos tecnológicos pueden impactar y modificar la industria de la música y, principalmente, la forma de crear música. No es solamente el mayor potencial de procesamiento o el incremento en su velocidad, sino el cambio radical que supone el cúbit, la unidad básica fundamental de la informática cuántica.

Mientras la música electrónica realizada con ordenadores clásicos se sustenta en bits, que pueden trabajar en un único estado, los cúbits pueden disponer de dos estados propios al mismo tiempo y pueden ser manipulados arbitrariamente. Y esto es solo la superficie, ya que fenómenos como la teletransportación cuántica o la superposición cuántica también influyen sobre los sonidos producidos bajo este enfoque.

Por ejemplo, un evento realizado en Londres al que asistieron unas 150 personas en diciembre de 2022 se basó en una interpretación musical improvisada orquestada por el compositor e informático brasileño Eduardo Reck Miranda, que actualmente es investigador de la Universidad de Plymouth, en Reino Unido. En una de las piezas, Miranda y dos colegas usaron cada uno sus propios ordenadores portátiles, que estaban conectados a un ordenador cuántico a través de Internet, para controlar, mediante gestos con las manos, el estado de un cúbit.

Una música nueva

Las modificaciones en el estado del bit cuántico o cúbit dieron como resultado las características de los sonidos creados por los sintetizadores empleados en el concierto, generando extraños ambientes sonoros que presentan características inusuales: no solo se afecta la forma o las condiciones de la onda sonora y los elementos musicales como el tono o la armonía, sino que además se introduce un ingrediente de aleatoriedad, que no es común en la música comercial pero que fue ampliamente utilizado en el siglo XX por compositores experimentales como John Cage o Toshi Ichiyanagi, entre otros.

¿Cuál será el límite de esta relación entre la informática, la física cuántica y la música? Quizás en las próximas décadas podremos comenzar a apreciar la profundidad de un cambio que promete marcar un hito en el desarrollo cultural de la humanidad, y que también estará ligado a un creciente impacto de la Inteligencia Artificial (IA) y la realidad aumentada en la música y otras expresiones culturales.

Fuente: levante-emv.com