Las razones científicas por las que nos volvemos a reinfectar de Covid

Investigadores europeos descubrieron cuánto duran los anticuerpos que se generan tras tener la infección, por ello es importante aplicarse las dosis de refuerzo de la vacuna

Durante la temporada invernal de 2022, México atraviesa la sexta ola de contagios de SARS-CoV-2, donde autoridades sanitarias federales confirmaron el aumento de casos de infecciones.

Gabriel García Rodríguez, secretario del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (CONAVE), informó que la sexta ola de Covid-19 está confirmada con base a los datos oficiales en el Sistema de Vigilancia Epidemiológica Respiratoria Viral (SISVER), por lo que se le exhortó a todas las dependencias de salud tomar las medidas correspondientes para su atención en todos los centros.

Los contagios por coronavirus se incrementaron de 5 mil 957 a 20 mil 642 de noviembre a diciembre, pero en la tercera semana de este mes se registraron 25 mil 445 casos y 106 muertes a causa de este virus. Además, recientemente se reportaron 28 mil 547 casos activos de COVID-19 distribuidos en distintas entidades de la República.

Los casos obedecen a las nuevas variantes del virus, aunque el nivel de letalidad ha disminuido, en gran parte, gracias a las vacunas. Otro factor importante es mantener el uso del cubrebocas en espacios públicos y espacios cerrados.

Por qué nos volvemos a contagiar de coronavirus

Investigadores del Reino Unido descubrieron cuánto duran los anticuerpos que se generan tras tener la infección.

El estudio reveló que los anticuerpos producidos en la nariz disminuyen nueve meses después de la infección por Covid, mientras que los que se encuentran en la sangre duran al menos un año.

Los anticuerpos presentes en el líquido nasal (conocidos como inmunoglobulina A o IgA) aportan una defensa de primera línea contra el COVID al bloquear al coronavirus cuando entra por primera vez en las vías respiratorias. Estos anticuerpos son muy eficaces para impedir que el virus penetre en las células y provoque la infección.

Sin embargo, los investigadores descubrieron que los anticuerpos nasales sólo estaban presentes en los recién infectados y eran especialmente efímeros frente a la variante Ómicron, en comparación con las variantes anteriores.

Esos resultados, que se publicaron en eBioMedicine, del grupo The Lancet Discovery Science, podrían explicar por qué las personas que se han recuperado corren el riesgo de volver a infectarse, y especialmente con Ómicron y sus variantes.

El trabajo también descubrió que la vacunación es muy eficaz para crear y potenciar anticuerpos en la sangre, que previenen la enfermedad grave, pero tuvo muy poco efecto sobre los niveles de IgA nasal.

La doctora Felicity Liew, del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College de Londres, explicó que “los anticuerpos sanguíneos ayudan a proteger contra la enfermedad, mientras que los anticuerpos nasales pueden prevenir la infección por completo. Esto podría ser un factor importante detrás de las infecciones repetidas con el coronavirus SARS-CoV-2 y sus nuevas variantes”.

Además, el estudio descubrió que mientras que las vacunas actuales son eficaces para aumentar los anticuerpos sanguíneos que pueden prevenir enfermedades graves y la muerte, no aumentan significativamente los anticuerpos IgA nasales.

Los investigadores sugieren que la próxima generación de vacunas incluya aerosoles nasales o vacunas inhaladas que se dirijan a estos anticuerpos con mayor eficacia, ya que son capaces de potenciarlos y reducir las infecciones de forma más eficaz; además de prevenir la transmisión.

El profesor Peter Openshaw, coautor del estudio y miembro del Imperial College de Londres, señaló que las vacunas actuales están diseñadas para reducir la enfermedad grave y la muerte, “y son espectacularmente eficaces en este objetivo. Ahora es esencial desarrollar también vacunas en aerosol nasal que puedan proporcionar una mejor protección contra la infección”.

Es brillante que las vacunas actuales permitan que menos personas enfermen gravemente, pero sería aún mejor si pudiéramos evitar que se infecten y transmitan el virus”, agregó el investigador.

En el estudio se analizaron los anticuerpos de los participantes para saber cuánto duraban los anticuerpos nasales, en comparación con los que se encuentran en la sangre. También estudiaron el efecto de las vacunas COVID-19 posteriores en los anticuerpos de la nariz y la sangre. Se tomaron muestras cuando las personas fueron hospitalizadas y a los seis meses y un año después.

También se observó que los anticuerpos sanguíneos de los participantes seguían fijando el virus original del SARS-CoV-2 y las variantes Delta y Ómicron un año después de la infección, pero se constató que son necesarias vacunas de refuerzo para mantener esta inmunidad.

Fuente: infobae.com